Muere James Watson, uno de los 'descubridores' de la estructura de doble hélice del ADN

Fue una de las figuras más influyentes de la biología del siglo XX y pasó a la historia junto a Francis Crick por haber desentrañado, en 1953, la estructura del ADN: la doble hélice que contiene el código genético de la vida.

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James Watson, uno de los 'descubridores' de la estructura de doble hélice del ADN
James Watson, uno de los 'descubridores' de la estructura de doble hélice del ADN
Manuela Núñez

07 de noviembre 2025 - 22:47

El científico estadounidense James Watson, que contribuyó a descubrir la estructura del ADN, falleció este jueves a los 97 años, aunque la noticia se ha conocido este viernes.

Watson murió en un centro sanitario en East Northport, una localidad de Long Island (Nueva York), donde fue trasladado esta semana para recibir tratamiento por una infección, recoge The New York Times, que cita a su hijo Duncan Watson.

El laboratorio Cold Spring Harbor (CSHL), en Nueva York, confirmó el fallecimiento del premio Nobel en un obituario en su página web en el que destacó su figura.

El arquitecto del ADN

James Dewey Watson, una de las figuras más influyentes de la biología del siglo XX, mantuvo una relación con el Cold Spring Harbor durante más de siete décadas.

“Jim Watson hizo muchas contribuciones a la ciencia, la educación, el servicio público y, especialmente, a Cold Spring Harbor Laboratory”, señaló el centro en un comunicado en el que repasó una trayectoria marcada por descubrimientos decisivos y por un carácter tan brillante como controvertido.

Watson pasó a la historia junto a Francis Crick por haber desentrañado, en 1953, la estructura del ADN: la doble hélice que contiene el código genético de la vida.

Aquella revelación, basada en los datos experimentales obtenidos por Rosalind Franklin, Maurice Wilkins y sus colegas del King’s College de Londres, cambió para siempre el rumbo de la biología.

Nueve años después, Watson, Crick y Wilkins recibieron el Premio Nobel de Fisiología o Medicina de 1962, uno de los reconocimientos más célebres en la historia de la ciencia moderna.

Además de su trabajo con Crick, el laboratorio que dirigió en la Universidad de Harvard contribuyó a demostrar la existencia del ARN mensajero (mRNA) -pieza clave en el proceso que traduce los genes en proteínas- y descubrió proteínas bacterianas que controlan la expresión genética.

Sus investigaciones en Cambridge sobre virus pequeños también abrieron nuevas vías en la biología estructural.

El divulgador y el impulsor del genoma humano

Watson no solo fue un investigador brillante: también supo comunicar la ciencia como pocos. Es autor de dos libros de enorme impacto.

Molecular Biology of the Gene, publicado en 1965 y considerado un texto fundacional para generaciones de biólogos, transformó el modo en que se escribían los manuales científicos.

Tres años más tarde, The Double Helix llevó al gran público el relato, tan fascinante como polémico, del descubrimiento del ADN. Su tono directo y personal causó sensación y sigue siendo, décadas después, una lectura ineludible.

En el terreno institucional, Watson desempeñó un papel esencial en los primeros años del Proyecto Genoma Humano, persuadiendo a científicos y políticos para embarcarse en una empresa sin precedentes. Esta iniciativa científica buscaba secuenciar todo el ADN humano y cartografiar todos sus genes, algo que se completó en 2003.

Impulsó la creación del programa ELSI (Ethical, Legal and Social Issues), preocupado por las posibles derivaciones éticas del uso del conocimiento genético.

La transformación de Cold Spring Harbor

Su vínculo con el Cold Spring Harbor Laboratory comenzó en 1947, cuando era aún estudiante y trabajaba bajo la dirección de Salvador Luria.

Regresó al laboratorio en numerosas ocasiones, y en 1953 ofreció allí la primera presentación pública de la doble hélice.

En 1968, a los 40 años, asumió la dirección del centro, que entonces atravesaba dificultades económicas. Según recuerda el CSHL, “mostró una gran habilidad para elegir temas de investigación relevantes, atraer a científicos brillantes y recaudar fondos”.

Bajo su liderazgo, el laboratorio se centró en la investigación del cáncer, particularmente en los virus de ADN que provocan tumores, y se convirtió en una referencia mundial.

El trabajo en ese campo conduciría más tarde a descubrimientos fundamentales, entre ellos el hallazgo del empalme de ARN (RNA splicing), reconocido con el Nobel. También fundó el Banbury Center, un think tank dedicado al debate científico y ético, gracias a una donación de Charles Robertson.

Watson impulsó además la educación científica y la organización de cursos y congresos, ampliando la oferta formativa iniciada décadas antes con el legendario Phage Course.

Durante su mandato nacieron revistas especializadas como Genes & Development y Genome Research, y creó el DNA Learning Center, pionero en la enseñanza práctica de genética para estudiantes de secundaria, hoy replicado en distintos países.

El final de una era

Watson permaneció en la dirección del CSHL hasta el año 2000, y luego continuó como profesor.

Sin embargo, sus declaraciones sobre la relación entre raza e inteligencia, en 2008 y nuevamente en 2020, provocaron una ruptura definitiva con la institución. “El Consejo de Administración revocó su estatus de emérito y cortó todos los lazos con él”, recordó el laboratorio en su nota.

Pese a esa sombra final, el CSHL subraya que las contribuciones de Watson fueron “extraordinarias” y que su liderazgo “transformó un pequeño laboratorio del norte de Long Island en uno de los institutos de investigación más importantes del mundo”.

El recién fallecido también fue galardonado a lo largo de su trayectoria con la Medalla Presidencial de la Libertad por Gerald Ford y la Medalla Nacional de la Ciencia por Bill Clinton.

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