Un delincuente atracó con un cuchillo un estanco de Nervión la tarde noche del pasado miércoles. El ladrón amenazó en varias ocasiones a la empleada que se encontraba dentro del local, que llegó a hacerle frente con una escoba. El atracador iba a cara descubierta y sin guantes, e incluso llegó a cortarse y dejó restos de sangre en el estanco. Consiguió llevarse unos 2.000 euros tras amenazar a la dependienta.

El robo se produjo sobre las nueve y veinte minutos de la noche del miércoles 8 de mayo en un estanco ubicado en la calle Luis Montoto, junto al restaurante Burro&Canaglia y a escasos metros de la clínica Santa Isabel. Quedaban sólo diez minutos para la hora de cierre del local. La empleada se encontraba en ese momento barriendo la parte delantera del estanco, cuando el delincuente entró cuchillo en mano y se dirigió a ella, abordándola por la espalda. La mujer reaccionó interponiendo la escoba y tratando de hacer frente al ladrón, que aumenta su agresividad y la obliga a colocarse tras el mostrador y abrir la caja registradora.

Durante un instante, ella hace señas hacia la calle, para que algún viandante trate de darse cuenta del peligro que corre. Nadie hace nada, salvo una pareja que se para un momento y echa un vistazo dentro, sin percatarse de que se trata de un atraco y de que corre riesgo la vida de la trabajadora. El sospechoso intenta bajar la persiana de seguridad del estanco para que nadie vea lo que ocurre dentro, pero no llega.

Durante toda la secuencia el delincuente se dirige a la joven con amenazas de muerte y le reitera varias veces que la va a matar. Así la obliga a abrir la caja y se lleva parte del dinero que había en el interior, una cantidad que ronda los 2.000 euros. El atracador intentó que la joven se fuera a la trastienda, pero ella se negó y se quedó junto a la caja. Muchos billetes terminan por el suelo.

El responsable del negocio indicó que la trabajadora temía que el delincuente la atacara en el interior, donde ya no tenía posibilidad de escapatoria ni tampoco nadie la vería desde la calle, y por tanto nadie podría socorrerla. Una vez cometido el atraco, y a pesar de que el delincuente le dijo a la empleada que tenía un amigo fuera esperándole, el ladrón se marchó solo a pie, en dirección a la clínica de Santa Isabel. Luego giró en Maese Farfán, la primera calle a la izquierda. Ahí ya se le perdió la pista.

La Policía Nacional acudió rápidamente a la llamada de la estanquera, mientras que el dueño del negocio aportó los vídeos, en los que se ve perfectamente la cara del sospechoso, que iba con una gorra y unas gafas de sol encima de la misma, sin tapar nada. Habla con un acento sevillano. La Policía trabaja ahora en la identificación del delincuente. Por su apariencia y manera de actuar, una de las hipótesis que se maneja es que se trate de un hombre que haya salido de prisión recientemente y haya vuelto a robar. 

"Yo lo vi cuarenta minutos antes del robo, ya estaba él ahí al lado", dice el propietario del estanco. El ladrón esperó a que la joven se quedara sola en el local y actuó cerca de la hora de cierre del mismo. El dueño del negocio salió del mismo apenas dos minutos antes del atraco y volvió a ver al ladrón, sin que todavía pudiera imaginar que iba a acceder después al establecimiento armado con un cuchillo. "Después lo estuve buscando por el parque de Santo Domingo de la Calzada y por la estación de Metro y alrededores, pero no lo vi". El estanco había sufrido antes numerosos hurtos, pero no un atraco de este tipo a mano armada.

La investigación de este robo ha recaído en la comisaría de Nervión, después de que la primera intervención fuera del nuevo grupo que ha creado la Policía Nacional para combatir los robos y hurtos, los indicativos Ares. Por el momento, están trabajando intensamente en la identificación del sospechoso, del que ya tienen su imagen y se han recogido muestras de su sangre y sus huellas dactilares para tratar de identificarlo en las próximas horas.