La empresa Navantia sacó a licitación el 22 de enero el contrato para la remodelación del Parque de la Historia y el Mar, un edificio municipal del que se ha hecho con la concesión demanial a través de un convenio con el Ayuntamiento, para convertirlo en un espacio formativo. El precio base de esta actuación asciende a algo más de 2 millones de euros y el periodo de ejecución es de seis meses.

Con el periodo para solicitar participar cerrado el 3 de febrero y el plazo para presentar las ofertas abierto hasta el 21 de este mes, será el día 22 cuando se proceda a la apertura del sobre económico. La empresa que resulte adjudicataria se encargará del proceso de adecuación para acoger a los contingentes de personal que requiere el proyecto de las corbetas que se construyen para Arabia Saudí en los astilleros isleños.

Se desarrollarán trabajos en el interior y en la envolvente (esencialmente para su mantenimiento)del inmueble, conocido como El Barco, y construido para convertir en el Parque de la Historia y el Mar, por lo que cuenta con las instalaciones de un acuario en la planta baja, aunque nunca se puso en funcionamiento. Este tendrá que ser desmontado para dejar libre un área rectangular en la que se ubicarán aulas con simuladores de aprendizaje del manejo de los barcos que servirán para instruir a las futuras dotaciones de las corbetas.

El acuario será desmontado para crear un aula con simuladores para manejar barcos

Parte de esta superficie, unos 125 metros cuadrados, se destinará, en cualquier caso, a un centro tecnológico de soldadura para operarios de Navantia, por lo que se dotará de la seguridad necesaria siguiendo la normativa y de los equipos oportunos para las prácticas de esta especialidad.

La intervención en la planta baja se completa con la adecuación de un aula de profesores y del departamento de logística coincidiendo con la pieza más cercana al mar que tiene forma de barco varado que estaba destinada a restaurante y tiendas en el proyecto del Parque de la Historia y el Mar.

En la primera planta la sala de exposiciones permanente se reconvierte en hasta seis aulas amplias, con la creación de un núcleo de aseos dada la alta ocupación del edificio que se prevé cuando se ponga en marcha como centro formativo. Unas 15 aulas, dos despachos de superficie mediana y un espacio de administración terminarán de configurar esta primera planta, ocupando la parte que da al mar ideada en su momento como sala de exposiciones temporales, sala interactiva y despachos. En la zona del periscopio de la segunda planta se mantendrá la sala de oficina.

En la primera planta el área rectangular se dividirá en hasta seis aulas menores

Esta transformación del espacio obliga a una serie de trabajos como la demolición de compartimentaciones existentes cuando sea necesario para conformar las nuevas –ya sea revestimientos, tabiques, muros de hormigón o falsos techos–, el desmontaje del cerramiento de madera para sustituir las lamas en mal estado, la apertura de nuevos huecos para la entrada de luz natural y ventilación a los espacios interiores, o labores de carpintería, cerrajería y pintura. Los nuevos usos implican además la mejora de los suministros: desde el eléctrico, con nuevas instalaciones y la adaptación en otros puntos; hasta de saneamiento para los nuevos aseos que se prevén en la primera planta y la eliminación de los desagües creados para el acuario y la cocina. El sistema de climatización se sustituirá por otro más moderno y adecuado a la futura actividad.

Según las estimaciones, las instalaciones acogerán de lunes a viernes a cinco responsables de área, 20 profesores de formación, 40 administrativos o técnicos y 350 alumnos en periodos de máxima formación.