Tribuna

Ezequiel martínez

Los populismos contra la democracia

Los populismos contra la democracia

Los populismos contra la democracia / rosell

Tras cinco días de tensión, el socialista Pedro Sánchez continuará siendo el presidente del Gobierno de España. Sánchez se preguntaba en la carta dirigida a la ciudadanía el miércoles, 24 de abril ¿merece la pena tanto sacrificio y sobre todo que el honor de mi persona y de mi entorno familiar se vea atacado despiadadamente sin pruebas fehacientes?

¡Cuidado con los profetas falsos, se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis! (San Mateo 7:15-20). Escuchen: “Lo de Sánchez es un berrinche de adolescente”. “Sánchez tiene tics autoritarios que no se habían visto desde Franco”. ¿Quién es el autor de estas frases pronunciadas tras conocerse la decisión del presidente del Gobierno de reflexionar sobre si dado “el acoso e intento de derribo” por parte de la oposición ultra derechista, debía dimitir o no? El autor es el líder de la oposición y presidente del Partido Popular desde 2022, Alberto Núñez Feijoó. Según el diario Público: Feijóo ya usó en Galicia para llegar a la Xunta la misma estrategia de bulos y falsas noticias que emplea ahora contra Sánchez y su pareja. Esos ataques vienen desde varios frentes: político, judicial y mediático, pues desde una parte de la judicatura y de los medios de comunicación afines al PP y a Vox, se ataca de una forma desaforada e injusta al Gobierno de coalición legítimamente formado el 16 de noviembre de 2023.

“Tenemos un presidente a la fuga”, declara el portavoz parlamentario del PP, Miguel Ángel Tellado, quien antes de ser nombrado portavoz dijo que “Sánchez debería irse de España en el maletero de un coche”. ¿Es Tellado con esas declaraciones de odio la voz de los “moderados” populares? En noviembre de 2023 Tellado sucedió a Cuca Gamarra, quien también da muestras de su “moderación” para, sea cual sea el motivo del debate, arremeter contra el presidente, como también hace Elías Bendodo utilizando mentiras o falsas verdades.

Como ciudadano me gustaría oír propuestas constructivas por parte de la oposición tendentes a mejorar la vida de los españoles, pero no lo veo en el PP, ni en Vox, pues no utilizan argumentos, sólo hay furia, odio, mentiras y calumnias en las intervenciones de sus portavoces, con el único objetivo de cargarse al Gobierno y al presidente. No soportan estar en la oposición.

Dentro de esa estrategia maquiavélica y cuasi criminal por parte de los ultras y sus secuaces, el pasado miércoles 24, un juez de Madrid abrió diligencias contra la esposa del presidente, Begoña Gómez, a raíz de la denuncia de un seudosindicato ultraderechista Manos Limpias, que debería llamarse Manos sucias. Estas denuncias basadas en falsos recortes de prensa no prosperan, como en el caso de la mujer del presidente. La Fiscalía ya ha anunciado que esa denuncia no tiene recorrido, pero el daño ya está hecho. Acabamos de asistir a casos parecidos como el del primer ministro de Portugal Antonio Costa, que dimitió tras las investigaciones abiertas por la Fiscal General del Estado basándose en falsas informaciones. Aquí en España hubo denuncias contra dirigentes políticos que luego resultaron absueltos: el ex vicepresidente Pablo Iglesias; la ex ministra Irene Montero; el diputado canario de Podemos, Alberto Rodríguez; Mónica Oltra, ex vicepresidenta de la Generalitat valenciana, quien tuvo que dimitir, siendo luego absuelta. ¿Quién repara el derecho al honor de estas personas, injustamente atacadas con falsas denuncias? ¿Por qué la Justicia no actúa contra esas organizaciones que dañan el honor de las personas? ¿Hay que legislar al respecto?

¿Los jueces son imparciales o se dejan llevar por su ideología? ¿Y los periodistas? Yo que formo parte de este gremio, veo con estupor el deterioro del periodismo y la utilización partidista, por parte de algunos colegas, de las informaciones al servicio de la ideología. Es grave que las falsas noticias y los rumores sean utilizados como noticia veraz por parte de algunos medios de cuyo nombre no quiero acordarme. La verdad resplandece. La mentira nos envilece.

Si el objeto de la política para algunos políticos, en vez de buscar el bien común, es el acoso y derribo del adversario, con malas artes, mal vamos. La desafección política va calando en la ciudadanía y el sistema democrático, el mejor de los posibles, se deteriora, como ocurre en EEUU, con Trump, y en otros países (Orban, Meloni, Bolsonaro, Milei), donde los populismos ganan terreno con su falseamiento de la realidad. Si la Justicia española es incapaz de condenar los intentos golpistas de la derecha para desestabilizar al Gobierno con sus trampantojos anticonstitucionales, como la renovación del CGPJ, ¿Para qué la Justicia? El canciller alemán, Olaf Scholz en la campaña a las europeas, advirtió en Hamburgo “contra los populistas de derechas que quieren destruir la democracia”.

La democracia está amenazada con los neopopulismos y las falsas noticias. Es nuestro deber como ciudadanos defenderla y salvaguardarla. He dicho.

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