Doñana se examina a partir del miércoles para regresar a la Lista Verde de la que fue expulsada el pasado mes de diciembre. Era la primera vez que un espacio protegido perdía ese sello de calidad que otorga la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la mayor organización mundial dedicada a la conservación del medio ambiente e integrada por representantes de las diversas administraciones y expertos de 160 países, entre otros. La decisión se conoció en mitad de la polémica por la intención del PP de promulgar en el Parlamento una norma sobre regadíos que afectaba de lleno al futuro de esta reserva ecológica. Afortunadamente, las negociaciones posteriores entre la Junta y el Gobierno central han permitido alcanzar un acuerdo que, a priori, despeja el horizonte de uno de los parques naturales más importantes de Europa. Los 144 litros de lluvia que se recogieron a finales de marzo también consiguieron revertir parcialmente el largo periodo de sequía y los humedales recuperaban vegetación y agua. Pero los 400 litros por metro cuadrado acumulados desde agosto aún son inferiores a los 500 que de media se contabilizaban en la estación meteorológica de la zona. Los científicos de la UICN tienen previsto visitar la zona y evaluar las actuales condiciones para, como sería deseable, el regreso de Doñana a la Lista Verde. Significaría un importante primer paso para recuperar su deteriorada imagen tras la estéril disputa política a la que fue sometido. Aunque nadie quiera relacionar las dos cuestiones, se supone que también allanará el camino para el reingreso en el listado el hecho de que la Junta ya se halle al corriente de los pagos de las cuotas que le corresponden por su participación en el citado organismo internacional. Esperemos que a partir de ahora no se vuelvan a cometer más errores porque el futuro del Parque Nacional aún no está asegurado.