Tierra de palabras

La vida creativa femenina

La mujer tiene que cuidar de que una responsabilidad excesiva que no le robe los necesarios descansos

En todo lo que atañe a la mujer, siempre recurro a mi fiel libro, "Mujeres que corren con los lobos", que me acompaña desde hace veinte años, leyendo con atención lo que su autora, Clarissa Pinkola Estés, tiene que ofrecerme porque siempre de entre sus líneas nace un nuevo matiz al que prestar atención y trabajo.

Mañana celebramos nuestro día. Por eso quiero que te pongas cómoda y leas las palabras que para ti transcribo de esta sabia mujer, ya que cuando son otras las que tienen algo más importante que decir que una misma, hay que cederles el espacio. En eso consiste la sororidad.

"Allá en los años setenta el río Cuyahoga a su paso por Cleveland estaba tan contaminado que empezó a arder. La corriente creativa contaminada puede estallar de repente en un incendio tóxico que no solo queme el combustible de la basura del río, sino que convierta también en cenizas todas las formas de vida. La acción simultánea de un número excesivo de complejos psíquicos puede provocar unos daños inmensos en el río. Los complejos psicológicos negativos se yerguen y ponen en tela de juicio la valía, la intención, la sinceridad y el talento de la mujer. También le envían inequívocos mensajes, según los cuales tiene que "ganarse la vida" haciendo cosas que la agoten, no le dejen tiempo para crear y destruyan su voluntad de imaginar. Algunos de los robos y castigos preferidos que los malévolos complejos imponen a la creatividad de las mujeres giran en torno al "tiempo para crear" en un lejano y nebuloso futuro. O la promesa de que, cuando la mujer disponga de varios días seguidos libres, empezará finalmente la juerga. Pero todo es mentira. El complejo no tiene la menor intención de cumplir las promesas. Es otra manera de asfixiar el impulso creativo.

La dispersión de los proyectos como por obra del viento se produce cuando una mujer intenta organizar una idea creativa y ésta se le escapa volando una y otra vez volviéndose cada vez más confusa y desordenada. He visto a muchas mujeres empeñarse en limpiar toda la casa antes de sentarse a escribir, y tú ya sabes lo que ocurre con las tareas domésticas, que nunca se terminan. Es un método infalible para obstaculizar la creatividad de una mujer.

La mujer tiene que cuidar de que una responsabilidad excesiva no le robe los necesarios descansos, ritmos y éxtasis creativos. El arte no se puede crear solo en momentos robados".

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