Tribuna

Ángel Liberal

Capitán de navio

Las provocaciones del Almirantazgo y el Brexit en Gibraltar

El autor repasa en su blog cómo, desde hace años, la Royal Navy torpedea cualquier negociación sobre Gibraltar cuando entiende que sus intereses pueden verse afectados

Base naval de Gibraltar. Dos patrulleros y un buque de guerra anfibia en puerto. La bahía de Algeciras con un buen número de barcos fondeados. Al fondo, el puerto de Algeciras.

Base naval de Gibraltar. Dos patrulleros y un buque de guerra anfibia en puerto. La bahía de Algeciras con un buen número de barcos fondeados. Al fondo, el puerto de Algeciras.

Es una constante histórica el que la Royal Navy (RN) recurra a las provocaciones para intentar –y en muchos casos conseguir- reventar las negociaciones sobre Gibraltar que, ocasionalmente, se desarrollan entre el Ministerio de Asuntos Exteriores (MAE) español y el Foreign Office (FCO) británico.

Lo que el ministro español Miguel Ángel Moratinos definió en 2004 como "provocaciones del Almirantazgo" se produce cuando la RN considera que sus intereses "permanentes" en Gibraltar pueden verse afectados.

Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, el Reino Unido (RU) evacuó a la fuerza a más de 14.000 habitantes de Gibraltar por considerarlos "bocas inútiles". Esta tragedia provocó una brecha entre la población civil y los militares. Los británicos vieron que esa población estaba muy hispanizada así que tomaron medidas radicales para "britanizarla". En 1945, RU se las prometía felices en Naciones Unidas, con España fuera de ella. Incluyó a Gibraltar en la lista de territorios pendientes de descolonizar con la intención de darle la independencia –avalada por la ONU y saltándose el tratado de Utrecht- para quedarse con la base militar, como años después harían en Chipre.

En los años 60 se debatió la descolonización de Gibraltar cuando España ya estaba en la ONU. La jugada les salió mal porque España contó con el apoyo, entre otros, de la Unión Soviética. Ya en esos tiempos, lo de tener bases militares en las colonias no estaba bien visto así que, dedicaron sus esfuerzos a construir el nacionalismo local y a subrayar el que si ellos estaban en Gibraltar era por ser ese el deseo de la población local a la que prestaban su apoyo frente a la "enemiga" (indispensable) España; por supuesto, nada de mencionar los intereses militares. Es decir, ante la Asamblea General de la ONU, RU se convertía en el «Lord protector» de la población que ellos mismos importaron para ponerla al servicio de su base militar.

Eso de España como "enemiga" empezaría a ponerse en duda cuando entramos en la Unión Europea y esa población se acostumbró a salir a miles los fines de semana para disfrutar de sus segundas viviendas, lugares de esparcimiento o de las grandes superficies comerciales existentes en la comarca circunvecina.

Debemos reconocer que la fingida desaparición del interés militar británico por Gibraltar fue un éxito. Parafraseando a Baudelaire podemos decir que "el mejor truco que la RN inventó fue convencer a España de que Gibraltar ya no tiene importancia militar". Si a esto le añadimos la capacidad de influencia del RU en la OTAN y la práctica extensiva de la subversión ideológica, el resultado es que nuestras autoridades tienen dificultades para percibir la realidad de esa base militar extranjera clavada en una parte de nuestro territorio y, actuar en consecuencia; pero no sólo eso, es que también tienen dificultades para percibir el daño que esta colonia hace a España. Así estamos cuando, si malo es soportar una colonia militar, mucho peor es contribuir a su sostenimiento.

Parece que no somos capaces de distinguir entre un puerto comercial y una base naval en la que reparan submarinos nucleares; un supuesto aeropuerto internacional que es un aeródromo militar de la RAF y que, para mayor inri, utiliza de forma continua y fraudulenta el aeropuerto internacional de Málaga como si se tratase de su aeropuerto auxiliar; un peñón en el que, además del atractivo que ofrecen sus vistas panorámicas y los monos salvajes, a poco que nos fijemos se aprecian las antenas de interceptación de comunicaciones (COMINT) y de señales electrónicas (ELINT); unos túneles que, junto con su interés histórico, pueden servir para almacenar municiones como misiles, torpedos e incluso, minas y bombas –no necesariamente británicas- de las prohibidas por convenciones de Naciones Unidas.

Sin embargo, el juego de la "desaparición" del interés militar de Gibraltar tiene sus riesgos. Además de creérselo unos cuantos españoles (quizás deseosos de hacerlo), pueden añadirse británicos de los que aprueban los presupuestos, y esto resultaría peligroso para los intereses de la RN.

Tan es así que en 1972, un documento –desclasificado en 2003- del Comité británico de Jefes de Estado Mayor de la Defensa "concluye que Gibraltar es estratégicamente importante por su posición dominante en la entrada del Mediterráneo, una base convenientemente situada para operaciones navales y aéreas tanto en el Atlántico oriental como en el Mediterráneo occidental".

Pese a sus esfuerzos y a los apoyos con que cuentan en España, ocasionalmente se produce algún intento español por conseguir que el RU se avenga a cumplir lo que la ONU determinó en sus numerosas resoluciones sobre Gibraltar: negociar con España el final de la situación colonial. Es en esas raras ocasiones cuando se materializan "las provocaciones del Almirantazgo".

El 27-01-1999 se produjo una provocación significativa cuando, en una operación dirigida por los mandos de la RN, la policía gibraltareña apresó al pesquero Piraña y a su tripulación. Entre otras cosas consiguieron abortar la primera reunión entre el MAE español y la autoridad local de Gibraltar que tuvo que asumir el papel que le asignaron sus mandos británicos.

En septiembre de 2000, como una reafirmación del "quién manda aquí", y mientras la comarca protestaba por la presencia del submarino HMS Tireless con su reactor nuclear averiado, una fuerza anfibia anglo-holandesa desembarcó en el Peñón emulando al que llevó a su ocupación en 1704 en nombre del archiduque Carlos, pretendiente al Trono de España.

Entre julio de 2000 y julio de 2001 fueron las negociaciones sobre la cosoberanía de Gibraltar. En esta ocasión no hicieron falta provocaciones de la RN porque fue la decisión española la que hizo abortar el proceso negociador.

En febrero de 2002, los Royal Marines hicieron un desembarco en la playa de Poniente de La Línea que estaba previsto en la de Levante del istmo ocupado ilegalmente. Lo que se programó como una muestra de arrogancia se convirtió en una de incompetencia.

Fue el 09-07-2004, con motivo de otra entrada del HMS Tireless, cuando Moratinos dijo "Políticamente, el Almirantazgo británico sigue provocando de forma reiterada".

En noviembre de 2005, seguramente para reafirmar la autoridad de la RN y perturbar el proceso negociador, en pleno auge del nuevo ambiente creado por el Foro de Diálogo, el Commander British Forces (CBF) Gibraltar dijo que "los submarinos nucleares siempre serán bienvenidos en Gibraltar y si fuese necesario hacer reparaciones de carácter nuclear, las haríamos".

En julio de 2013, cuando estaban en curso negociaciones entre el MAE y el FCO sobre la pesca en las aguas que rodean Gibraltar, la autoridad local del Peñón asumió -como ocurrió con el apresamiento del Piraña- el fondeo de 70 bloques de hormigón en las aguas del istmo. De nuevo, la RN consiguió reventar las negociaciones.

A pesar de las declaraciones de las autoridades militares británicas sobre la importancia de la base para evitar efectos no deseados en sus propias filas, lo cierto es que a partir de 2006 la actividad en la base (especialmente las entradas de barcos de guerra) no dejó de disminuir, entre otras razones por la manifiesta reducción de unidades de la RN y de la importancia de su papel en los mares; así hasta 2012. A partir de entonces empezó a remontar pero buscando la actividad con barcos auxiliares y de pequeño porte, sin olvidar a los submarinos nucleares.

Poco a poco fueron aumentando sus inversiones para modernizar y ampliar las instalaciones de tal forma que ya en 2018 era visible la renovación de las dedicadas a la interceptación de comunicaciones y señales electrónicas. En este mismo Blog (El supuesto mito de Gibraltar, 01-06-2022) puede verse una relación –que sigue creciendo- de las mejoras más significativas.

El Brexit ha supuesto un duro golpe para el concepto de base naval de "bajo coste" con el que mantienen la de Gibraltar, naturalmente a costa de la flexibilidad de niveles cósmicos de nuestras autoridades y de la abundancia de apoyos con que cuentan en España en niveles militares y civiles, políticos, diplomáticos, empresariales, financieros, periodistas, sindicalistas, profesores, etc. etc.

En Gibraltar y su dependencia de España, publicado en este Blog el 01-09-2022, puede verse hasta qué punto la economía de Gibraltar se verá afectada si el RU no llega a un acuerdo con la UE acerca del futuro de su colonia; con graves consecuencias para la base militar.

Pero una cosa son las necesidades de la población local y otra muy diferente las exigencias de los militares que rechazan que se les apliquen los requisitos a que obliga la legislación europea, especialmente lo relativo al tratado Schengen. El resultado es que este problema de los militares, unido al de las pensiones de los trabajadores españoles, la normativa medio-ambiental, la armonización fiscal y el control del puerto (base naval) y aeropuerto (aeródromo militar de la RAF), ha llevado a las negociaciones a un callejón sin salida, lo que es motivo de gran preocupación entre la población local y abre una brecha entre esta y los militares como no se había visto desde la evacuación de las "bocas inútiles" en 1940.

Esa brecha no pueden permitirla pues si se enajena el cariño de la población local, la situación de los militares podría volverse muy incómoda y además, desaparecería el argumento de "protectores de la población" con el que se presentan ante la comunidad internacional.

Así estamos cuando, en plan "a ver quién manda aquí" conscientes de la probable ausencia de reacciones prácticas españolas, se producen en cadena varias provocaciones de la RN. El 19-06-2023, 15 parlamentarios británicos (vestidos de uniforme militar), se dieron un paseo a bordo de dos patrulleros del Escuadrón de Gibraltar, de la RN, por las aguas que rodean el Peñón. El 28-06-2023, el CBF Gibraltar (un Comodoro de la RN) inauguró una terminal para pasajeros de aviones militares construida en el istmo; aseguró que esa "inversión es un demostración muy clara de la soberanía británica sobre Gibraltar". El 03-07-2023, el gobernador colonial (un vicealmirante de la RN) se dio su paseo por las aguas que rodean Gibraltar en una lancha del Escuadrón, paseo que presentaron como "patrulla de Soberanía". El 04-07-2023 le correspondió a una autoridad local, en presencia del gobernador colonial, convertir en un acto de reivindicación nacional el de homenaje al general Sikorski con motivo del 80 aniversario de su muerte al caer al mar su avión al despegar de Gibraltar.

Con estas provocaciones no debió tratarse de reventar unas negociaciones que, por lo visto, ya se dan por fracasadas precisamente por culpa de los militares británicos. Quizás traten de provocar una reacción española que haga aparentar, ante la población local, que ha sido España quien las ha hecho fracasar por no aceptar la supuesta soberanía británica sobre el istmo ni sobre las aguas que rodean Gibraltar.

Lo dicho resulta coherente con la ejecución de sus actos y con el llamamiento a España para que no se enfrente a los sentimientos de la población local rechazando el acuerdo que se negocia y no frustre el tránsito fluido por la verja (que es donde les duele). O sea, que si España rechaza el acuerdo y los llanitos sufren las consecuencias, no será por culpa de los militares. Así, la brecha que se está abriendo entre la población local y los militares –algo inédito desde 1940- se cierra  y, al mismo tiempo, se abre y consolida una brecha entre esa población y España.

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