Sánchez memorable

La justicia social y fiscal del presidente Sánchez parece más social que justicia y más fiscal que otra cosa

El presidente Sánchez ha definido sus Presupuestos como obra mayor de la justicia social y la justicia fiscal, siendo así que no se ve tan clara semejante hazaña, y ello por algunas cuestiones sin importancia. La primera es que estos Presupuestos se han firmado gracias a una cuantiosa y reiterada transfusión de euros en dirección a las regiones más privilegiadas de España (léase cupo vasco, enmiendas presupuestarias o fondo de liquidez autonómica, que privilegian a Cataluña). La segunda, ya muy sabida, es que tales apoyos, ciertamente gravosos, van en beneficio de unas formaciones políticas de carácter xenófobo, cuando no sedicente, cuyo componente "social" no acabamos de vislumbrar del todo. A este solemne cuadro de justicia social, aparatosamente reaccionario, solo le faltaría un "terraplanista" para quedar completo. Y es aquí donde doña Irene Montero viene en nuestra ayuda.

La negación ministerial de las leyes biológicas, no sujetas a discusión, convierte a los terraplanistas en tiernos soñadores, deseosos de una pureza arcana (como los nacionalistas, ay), resumida en el mundo de hace veinticuatro siglos, cuando Erastótenes calculó con exactitud la forma y el perímetro de la Tierra. Negar las evidencias científicas nos lleva al Ministerio de la Verdad de Orwell ("La ignorancia es la fuerza" era uno de sus lemas), lo cual nos recuerda, por otro lado, el particular concepto del periodismo que tenía don Pablo Iglesias, cuando quiso inventar, de nuevo, la prensa del Movimiento. Lo cierto es que uno quería recordar hoy la figura del gran Hans Magnus Enzensberger, y acaso no llegue demasiado tarde para hacerlo. Recordar, por ejemplo, al Enzensberger europeísta de El gentil monstruo de Bruselas (ese monstruo gentil, la idea de Europa, que los socios del Gobierno quisieron desmembrar, con la ayuda de Putin, hace ahora cinco años); o aquel otro Enzensberger, de fina perspicacia, que definió al terrorista como El perdedor radical, y del que nos podría dar algunas nociones otro socio del Gobierno, el señor Otegi -o el propio PNV, que insiste en excarcelar terroristas contra el criterio de la Fiscalía-.

En resumen, que la justicia social y fiscal del presidente Sánchez parece más social que justicia y más fiscal que otra cosa. Dice, además, el presidente Sánchez, que pasará a la historia por exhumar a Franco, muerto cuando él tenía dos años. Yo creo que no. Si acaso, se le recordará por tratar de resucitarlo, para meternos miedo con un Franquismo Z.

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