Confabulario
Manuel Gregorio González
Ultraderecha
Si usted no lo ve claro o le cabe alguna duda, hágaselo mirar y no viaje a Alemania, podría ser detenido. El problema de la Historia es que no deja de ser Literatura con cambios de estilo; pero la hay buena y mala, como la poesía, y no por su contenido sino por el rigor y la forma, las pajas mentales no se pueden valorar, o sí, en Youporn. Me revela mucho y me rebela mucho la retirada de las Leyes de Memoria Democrática en diversas regiones, síntoma de descomposición democrática en España.
En los años 30 la tensión en las calles era peligrosa y común en toda Europa, en algunos sitios partidos racistas, ultrarreaccionarios y violentos, liderados por autócratas se apropiaron de Estados incipientes (sin sufragio universal no existen); la criminalidad de esos regímenes y su virulencia bélica desembocaron, simplificando, en una Guerra Mundial devastadora.
En España ocurrió algo similar pero sin la usurpación del poder a través de sus propios mecanismos (Adolf); un ejército corrupto con una nobleza medieval que apenas había sufrido la Ilustración, ayudada por una Iglesia colaboracionista, voló el Estado para “salvarlo”, posteriormente prolongando la guerra para arrasar el país convirtiéndolo en el segundo del mundo con más fosas comunes, y limpiando de sangre “roja-semítica” todos los rincones por medio de torturas, fusilamientos, desapariciones, esclavización, violaciones, procesamientos ilegales, condenas, campos de concentración... hasta bien entrados los años 50. El resto es la crónica de la descomposición de un régimen teocrático (fascista, falangista, nazi: socio del Eje) hasta que convino que fuéramos europeos de plena OTAN, digo Derecho.
No existe el debate sobre la Guerra Civil, como tampoco sobre la Alemania nazi o la Italia de los camisas negras, existen los datos. En nuestra España de hermandades y romerías, hemos bailado y bebido sobre y con las organizaciones que asesinaron sin conmiseración, hemos construido sobre las fosas, bebemos de pantanos levantados por esclavos, invertimos en empresas que se hicieron millonarias sobre las víctimas de la dictadura, visitamos museos privados que aún tienen obras expoliadas, sacamos en la tele a los herederos y tenemos partidos que, siendo una evolución del régimen, no hablan nunca del tema o votan con los nuevos nazis, fácilmente visibles. La Historia seria tiene los datos y los análisis hechos, un puñado de chisgarabises dementes lanza peroratas que, en realidad, sólo son soflamas que les permiten arder el instante de una pavesa, no tienen más luz, porque nadie salvo estos pretendientes de una gloria sucia puede dudar que esto fue un crimen, un genocidio (Preston), y cierto partido muy popular debería pensar que exigir a Bildu y sus socios lo que ellos no hacen está feo. Dicen concordia, siembran discordia. Qué pena me da la derecha liberal y culta española, siempre condenada a ser roja o, al menos, a ser perseguida con los rojos... puto país.
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