Podría sonar a tópico rancio y manido, muy propio por otro lado en la jerga cofrade, aquello del dicho de la imagen y las cien palabras. Pero no por ello, por repetirse continuamente, algo deja de tener sentido, veracidad, profundidad y coherencia. Lo es y la tiene. Esto también cobra vida en el mundo de la Semana Santa y no siempre se suele acertar, se suele comprender y mucho menos, convertir en realidad del modo que lo estamos plasmando en la Cuaresma de 2024.

Desde esta tribuna, durante varios años, se reclamó en más de una ocasión al Consejo Local de Hermandades y Cofradías de Algeciras la apertura del concurso para el Cartel Oficial, ya sea mixto o únicamente orientado a una pintura, un ejemplo que ha cobrado todo el sentido este año con la elección del cartel de Manuel Pavón. Cuando una imagen transmite, llega y cala, no hay pregón, exaltación o verso que lo iguale.

Ya sólo le falta un detalle más al Consejo, cambiar el concurso por un encargo, similar al de otras grandes ciudades, y permitir al artista la total libertad de poder expresar sus más íntimas devociones, sentimientos y sensaciones de la Semana Santa de Algeciras, sin cortapisas ni estrechos márgenes encajados a una hermandad, pero no todas las guerras se ganan en la primera batalla.

Otra gran impronta de este año, que seguro será más que recordada por años venideros y sucesores, será el cartel anunciador de Miguel Lorenzo para Medinaceli y el próximo Martes Santo. Una obra que reúne casi todas las cualidades técnicas y tecnológicas propias de 2024 y que permiten crear una estampa emocionante, sensible y que emocionalmente llega con facilidad, especialmente entre los devotos del Cautivo de Bravo Nogales, Señor del Martes Santo.

Transmitir frío o calor, algo tan sencillo de explicar y comprender que a veces se antoja complejo que no se entienda en muchos foros. Una fría fotografía o pintura, sin marco, sin fondo, sin contexto y sin piel, sin sentimiento, carece de sentido como perfil anunciador. Una hermandad por el parque, fondos neutros o carente de sentido estético y transmisor carecen de significado para expresar algo tan profundo como la devoción y la Semana Santa. Por ello, entre otros ejemplos, el Cartel de la Semana Santa de Sevilla de 2024 será de todo menos transmisor de indiferencia o falto de emociones. Único frente a lo común. En lo que sea, pero el mejor.

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