Lorca y el flamenco
Poema del cante jondo | Crítica
La última obra de Miguel Poveda nos da pie para reflexionar sobre las relaciones de Federico García Lorca, el más jondo de los poetas, con el cante flamenco
La ficha
'Poema del cante jondo' Miguel Poveda. Con la guitarra de Jesús Guerrero. Concert Music.
Esta no es la primera experiencia lorquiana de Miguel Poveda, ni mucho menos. En el disco Para la libertad. Sonetos y poemas (2015) incluyó versiones del Soneto de la dulce queja y de El poeta pide a su amor que le escriba con música de Pedro Guerra. Poveda publicó en 2018 Enlorquecido , monográfico sobre el poeta, con poemas de los Sonetos del amor oscuro y Poeta en Nueva York entre otros.
Federico García Lorca (1898-1936) es el más flamenco de todos los poetas. Tanto es así que dedicó todo un volumen de versos al tema, Poema del cante jondo, escrito en su mayor parte en 1921 y corregido y editado en 1931, en el que hace una estilización lírica del sentimiento de las soleares, las seguiriyas, las peteneras, las saetas, todos ellos géneros literarios y musicales flamencos, y de personajes como Silverio Franconetti o Juan Breva, figuras decimonónicas del cante. Según Ricardo Molina y Antonio Mairena, Lorca es el poeta “que más profundamente haya captado el mundo y el espíritu del flamenco”. Félix Grande ha dejado escrito al respecto que: “sus poemas no narran el flamenco, lo palpitan". Por su parte, el Romancero gitano (1928) también está trufado de flamenquismo y gitanismo, aunque no hay referencias directas a lo jondo. Lorca desarrolló su propia teoría estética del flamenco en tres conferencias, Importancia histórica y artística del primitivo canto andaluz, llamado Cante Jondo (1922), Arquitectura del cante jondo (1930, que es, fundamentalmente, una versión reducida de la anterior) y Juego y teoría del duende (1933). En esta última podemos leer que los “soníos negros” de los que hablaba el cantaor Manuel Torre para definir el arte flamenco auténtico, “son el misterio, las raíces que se clavan en el limo que todos conocemos, que todos ignoramos, pero de donde nos llega lo que es sustancial en el arte”. Señala que el auditorio flamenco más cabal, más entendido, más habituado, no pide formas sino “tuétano de forma, música pura con el cuerpo sucinto para poder mantenerse en pie” . Y continúa: “el duende no llega si no ve la posibilidad de muerte” . En Importancia histórica..., por su parte, afirmó que las gentes andaluzas “se valen de los cantaores para dejar escapar su dolor y su historia verídica”
Poema del cante jondo de Miguel Poveda incluye fragmentos de la obra homónima de Lorca, musicados por Poveda y acompañado por la guitarra de Jesús Guerrero. Miguel Poveda ha elegido para esta obra fragmentos de los poemas de la soleá y la saeta, las viñetas de Silverio y Juan Breva, y otros. Y los ha musicado con melodías tradicionales como la caña que abre el disco para el fragmento Ay, del Poema de la soleá, inspirándose, obviamente, en los trabajos que hizo Enrique Morente con la caña en sus últimos discos.
La soleá, un fragmento del mismo poema, está grabada en mono y con sonido de vinilo o pizarra. La bulería subsiguiente incluye otros dos fragmentos del Poema de le soleá, que son Puñal y Encrucijada. Encuentro, también del Poema de la soleá, lo dice Poveda a ritmo de tangos. Fue el adelanto del disco.
Para el retrato de Juan Breva se sirve, con buen criterio, de la malagueña creada por el gran cantaor de Vélez-Málaga. La Baladilla de los tres ríos, el poema que abre la colección de Lorca, un poema que ha sufrido versiones jondas a cargo de Enrique Montoya, Pata Negra o Esperanza Fernández, entre otros, está cantada en este disco por cantiñas.
El Retrato de Silverio Franconetti viene a ritmo de seguiriyas, que es el estilo que más se relaciona con el cantaor sevillano, “densa miel de Italia”, acaso el creador del cante por seguiriyas. La Canción del gitano apaleado es una rumba. Paisaje del Poema de la siguiriya gitana viene a ritmo de bulería en modo mayor con estribillo.
Sevilla del Poema de la saeta son unos fandangos, preludio del fragmento Saeta, del mismo poema, que hace Poveda, una vez más, sobre el cante tradicional, aompañándose en esta ocasión de la Agrupación Musical Virgen de los Reyes de Sevilla que interpreta la marcha Gitano de Sevilla, una composición original de Paco Lola. Es sin duda el momento de más emoción del disco ya que, entre otros factores, es la primera vez que Poveda registra la saeta. El disco se cierra con la Canción de la madre del Amargo, de nuevo a ritmo de bulerías. Es el poema que cierra el libro y ya había sido musicado por Mario Maya para su espectáculo Amargo de 1984.
Como la poesía de Lorca, lógicamente, no responde a la versificación tradicional del flamenco, pero Poveda utiliza las melodías tradicionales jondas, en ocasiones el cantaor se ve obligado a repertir versos o fragmentos de los mismos, o, cuando conviene, suprimirlos, para que cuadre la letra. En fin, siempre es un gusto releer a Lorca y siempre es un gusto escuchar a Miguel Poveda cantar las melodías clásicas del flamenco.
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