"Me nutro de mis experiencias vitales, de lo que me emociona"
Mapa de Músicas | Laura Vega. Compositora
La compositora canaria Laura Vega publica en IBS un álbum de música orquestal con tres obras creadas en el último lustro
Laura Vega (Vecindario, 1978) nació en la isla de Gran Canaria y, aunque parte de su formación la hizo en Madrid con José Luis de Delás y José María Sánchez Verdú, ha residido prácticamente toda su vida en las islas, lo que, me dice, ha influido en su obra de diverso modo. Este que publica el próximo martes IBS es el segundo monográfico orquestal de su carrera.
–¿Cómo nace este álbum?
–La idea surgió de la directora de orquesta, Lucía Marín. No nos conocíamos. Ella contactó conmigo tras escuchar Galdosiana en su estreno por la Orquesta Nacional de España en mayo de 2021. Se interesó mucho por mi música y me contó su idea de crear con ella un proyecto discográfico, que ha derivado en este CD.
–Son tres obras muy recientes...
–Galdosiana es del año 2020. El concierto para guitarra y orquesta, que se titula Luz, Amor y Éxtasis, es de 2022. Fue un encargo del Festival de Música de Canarias creado para el guitarrista Pablo Sainz Villegas, con quien estuve trabajando la obra durante un año o así. La estrenó él. Caelum in terra es también de 2022. Nació originalmente para piano y ensemble de cuerdas. Y luego, posteriormente, hablando con Lucía Marín, fue cuando se me ocurrió orquestarla. No se ha hecho nunca todavía en concierto público. La primera versión es la que hemos hecho con Marta Zabaleta para el disco.
–Escribe música tonal. Sus inicios no debieron de ser fáciles.
–Me formé en Gran Canaria, pero también en Alcalá de Henares con Delás y en Madrid con Sánchez Verdú, dos autores que han bebido de toda la tradición europea y la pura vanguardia. Mis primeras obras, como estudiante, se movían en ese terreno. Tengo obras en diferentes lenguajes, pero de alguna manera, ligadas siempre al concepto melódico, armónico, a la consonancia, no tanto a la tonalidad, porque no se rige en la armonía tonal, sino más bien en la modalidad y en el concepto de generar consonancias. A partir del confinamiento, yo creo que quizás mi lenguaje se ha ido afianzando más hacia este camino. Por una necesidad absolutamente expresiva, de comunicación. Yo me nutro de mis experiencias vitales, de lo que a mí me emociona. Y eso cada vez se ve más reflejado en mi música, que se basa en la armonía, en el contrapunto, en la melodía, en las cuestiones rítmicas, en las texturas orquestales. Creo que también me ha influido el hecho de ser canaria y haber vivido siempre en Canarias. Siempre me he sentido libre para hacer y expresar con la música lo que quiero. No he dependido de ninguna escuela, ni de ningún condicionamiento para ser aceptada en determinados círculos de música contemporánea, festivales, programaciones, no lo sé. Creo que me he sentido bastante al margen de todo eso y siempre me he expresado como he querido. Sin más.
–Comunicación y emoción, dos términos claves en su música...
–Galdosiana ha sido ya programada por nueve orquestas españolas. Eso es raro hoy. No sé si es el boca a boca, no sé si es una obra afortunada, una obra que gusta. Los músicos la tocan con mucho agrado, aunque no es tan simple como parece. Una vez que estudias la partitura y ves la cantidad de texturas que genero, no es tan fácil de ejecutar, digamos. Lo que pasa es que sí es fácil de escuchar. Tengo esa facilidad de comunicar, sí. Yo siempre que escribo pienso muchísimo en el intérprete. Me pongo en la piel de cada uno de los músicos que están en los atriles. Yo he sido oboísta, he estado durante muchos años en bandas, en orquestas, en agrupaciones de cámara, etc. Y bueno, sé muy bien lo que vive el músico sentado en el atril. He aprendido a escuchar y a sentir la música desde dentro de una agrupación. Y entonces me gusta muchísimo escribir para orquestas. Y del público me sorprende que al final vengan tantos espectadores a contarme lo que han sentido mientras escuchaban mi música. Y ese es el lado emocional, la manera de conectar, de unir emociones, sentimientos en un triángulo: yo con los intérpretes y con el público. Eso es lo que me motiva y lo que me da fuerza para seguir creando música cada día. Es lo que da sentido a mi vida como compositora. Lo tengo clarísimo.
Me sorprende que al final vengan tantos espectadores a contarme lo que han sentido
–Parece necesitar referentes externos a la música, pero a la vez sus obras están llenas de citas de grandes compositores...
–Sin duda. Creo que ahí influyen mis 25 años de docente, siempre en contacto con la historia de la música, y todo aquello que me gusta aparece en forma de pequeñas citas. En cuanto a los referentes externos, me ayudan a generar una primera idea compositiva. Es como la excusa para empezar a crear sonoridades. Las palabras me condicionan. Yo leo un poema y enseguida me vienen ideas musicales. Si yo digo “guerra” o digo “arcoíris”, nadie va a imaginar la misma música para ambas palabras, así que la literatura ya me genera una serie de elementos motívicos o rítmicos o de texturas para empezar a crear una obra. Y la pintura también me ayuda mucho en el sentido de que veo mi música como capas de pintura sobre un lienzo que se van superponiendo y generando una imagen.
–¿El cine?
–Hay quien dice que mi música le recuerda a bandas sonoras. Yo no lo veo así. He tenido solo una experiencia audiovisual, hice música para Mikaël de Dreyer, con interpretación en vivo. Algunos cineastas se han interesado, así que quién sabe.
–¿Se ve representada por la etiqueta de música neorromántica?
–No en general. Huyo de etiquetas. Pero acaso las obras de este disco si puedan verse representadas así.
La ficha
GALDOSIANA. Orchestral Works
Laura Vega (1978):
Caelum in terra, para piano y orquesta [2022]
Galdosiana, para orquesta [2020]
Luz, Amor y Éxtasis, para guitarra y orquesta [2022]
Marta Zabaleta, piano
María Esther Guzmán, guitarra
Orquesta Sinfónica de Navarra.
Directora: Lucía Marín
IBS Classical
También te puede interesar
Lo último
Contenido ofrecido por CIRCULO ROJO