En noviembre ha llegado por fin a las librerías el esperado premio de la SGAE de Teatro Infantil; casi un año esperando, pero ha merecido la pena. Si quieres terminar el año con una fuerte carcajada no dejes de leer este libro. Es como un imán para los chavales, lo llevaba en la mano y ya me llovían las peticiones por leerlo.

La protagonista de nuestra historia es una caca, pero no una caca cualquiera, es un ser pensante. La aventura se inicia en una calle por suerte poco soleada, sino acabaría rápidamente la historia con una caca reseca sobre el duro asfalto. En este mundo las cacas tienen grandes peligros como morir aplastada por un viandante que mira más su móvil que el camino por el que va transitando, o morir devorada por moscas hambrientas; eso de morir comida por las moscas tiene sus cosquillas. Desde el suelo todo le parece gigantesco, pero cuando vuela el mundo empequeñece.

Este viaje, que se inicia en una calle cualquiera, transcurre por cielo y mar. En su viaje la protagonista conoce, aprende y madura. Con su buena pinta incluso asiste a banquetes en su honor y termina en el Museo de cosas raras.

Este divertido libro a la vez nos plantea una clara crítica social, política y cultural. Incluso tenemos una Estrella de Mar negacionista de la existencia del mar. Todos manipulan a nuestra protagonista, la usan para sus propios intereses, en su conveniencia. Nadie le pregunta su opinión, lo que quiere ser, lo que desea hacer.

Los pequeños lectores recomiendan. Marta González Campaña, de 10 años y alumna de 5º, nos presenta este libro: "Este libro es una obra de teatro que tiene de protagonista a una caca mutante porque se transforma en muchos personajes, en nube, en pájaro extraño, en medusa, en meteorito, incluso en piedras preciosas. Con sus viajes conoceremos muchas historias con las que nos reiremos mucho, son muy divertidas. Con cada una de las historias, la protagonista se va conociendo mejor, tanto a ella misma como a sus posibles habilidades como volar, nadar, hablar o ir al baño. Este libro nos enseña que no podemos rendirnos y que tampoco debemos tenerle miedo al cambio. Nuestra vida es constante cambio, transformación, como el de la caca mutante".

Antonio Álamo, Córdoba. Tras recibir el premio dijo: "Me ha hecho una ilusión tremenda recibir este galardón, es genial, sobre todo porque es mi primera incursión en la literatura infantil y porque, además, en tiempos tan duros para la creación, cualquier aliento es muy bienvenido”, apunta el escritor andaluz. “No hay muchos premios centrados en el teatro para la infancia y destacaría el de Fundación SGAE por ser uno de los de mayor dotación económica y tratarse de unas ediciones muy cuidadas".