Cultura

Morante pasea una oreja en la séptima de la Feria de Quito

  • El sevillano cuaja una gran actuación al igual que Castella, pero ambos fallan con los aceros

Morante de la Puebla y Diego Rivas cortaron ayer una oreja cada uno en el séptimo festejo de la Feria de Quito, un espectáculo muy entretenido merced a un buen encierro de Triana - Huagrahuasi en el que el fallo con los aceros de la terna impidió que la tarde concluyera en apoteosis.

Cumbre de arte de Morante con el lote menos bueno, muy rotunda la faena de Castella al segundo y esfuerzo del local Rivas por estar al nivel de sus compañeros.

Morante cortó una oreja del cuarto, animal noble al que costó desplazarse y al que el sevillano bordó el toreo a la verónica en un quite colosal. Faena cumbre, de mucho aguante y valor seco, muy metido entre los pitones para torear muy despacio. Ya pudo pasear una del primero, toro mano, de raza justa al que dibujó un quite por chicuelinas sensacional antes de plasmar una faena con intermitencias nutrida de series y muletazos extraordinarios, embraguetado y torero, pero falló con los aceros.

Castella estuvo bien con el capote y tuvo un ajustado inicio de faena por la espalda antes de estructurar dos series grandes con la derecha. Cuando el toro acusó querencias surgieron dos circulares cumbres. Pinchó y perdió las dos orejas. El quinto contó con una embestida boyante por el pitón derecho aunque de menos finales por el izquierdo. Anduvo muy firme el francés en una labor notable pero sin el acabado de la anterior.

Diego Rivas sorteó un sobrero de Huagrahuasi noble y pastueño que duró mucho y al que el ecuatoriano muleteó ligado y limpio, quizá un punto frío. Al bravo sexto le cortó la oreja después de un trasteo afanoso y predispuesto.

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