México despidió ayer con mariachis a la costarricense Chavela Vargas, fallecida este domingo a los 93 años. Durante la madrugada del lunes, los restos de la artista fueron trasladados a la ciudad de Cuernavaca, donde falleció hace dos días tras pasar una semana hospitalizada a causa de una bronconeumonía.

Tras un velatorio al que sólo pudieron acceder familiares y personas cercanas, el féretro fue llevado durante la tarde de ayer a la plaza Garibaldi, punto de reunión de los mariachis en el centro de la capital, donde recibió el tribunto póstumo de sus colegas.

La cantante Eugenia León y dos de los músicos que acompañaron a Vargas en sus últimas representaciones, Juan Carlos 'Che' Allende y Miguel Peña, iniciaron el desfile musical con los temas que la artista hizo famosos, como Volver, El último trago, Un mundo raro, La Llorona y Paloma Negra.

Tras el homenaje, los restos de Vargas fueron traslados a pie al Palacio de Bellas Artes, que abrirá sus puertas desde hoy para que miles de mexicanos puedan despedirla. Las cenizas de Chavela Vargas serán esparcidas en el cerro del Chalchi, cerca del poblado de Tepoztlán, donde la cantante pasó los últimos años de su vida.

Entre las muchas reacciones que ha provocado la desaparición de la intérprete de voz rota, destacan en España las de Pedro Almodóvar y Joaquín Sabina, responsables en gran medida de la popularidad de Vargas en nuestro país. Así, en una carta publicada en Facebook y titulada Adiós, volcán, el director de cine español pasaba revista a sus dos décadas de amistad y la elogiaba como persona y artista: "Chavela Vargas hizo del abandono y la desolación una catedral en la que cabíamos todos y de la que se salía reconciliándonos con los propios errores, y dispuestos a seguir cometiéndolos, y a intentarlo de nuevo", aseguraba Almodóvar en el perfil de Facebook de su productora, El Deseo.

Según el director de La piel que habito, Chavela encontró en España una complicidad que México le negó, una "noche de amor eterna y feliz": "En el seno de esta complicidad, Chavela alcanzó una plenitud serena, sus canciones ganaron en dulzura, y desarrolló todo el amor que también anidaba en su repertorio".

"Adiós, Chavela. Adiós, volcán. Tu esposo en este mundo, como te gustaba llamarme", termina el cineasta esta carta abierta.

Por su parte, Joaquín Sabina, también publicaba otro texto en su perfil de la red social, lamentándose de la muerte de la artista: "Se nos fue, escuché. Y me cogió un llanto irreparable. Lo que nunca me había sucedido", escribió el cantautor bajo el título Quién pudiera reír como llora ella.

"Con su desaparición, se pierde una manera de cantar llorando, un quejío inigualable, una expresividad fuera de la común. Unos cojones y unos ovarios nunca vistos en la música popular desde la muerte del bandeonista Ricardo Goyeneche", asegura Sabina.

El autor de Por el boulevard de los sueños rotos, su canción dedicada a Chavela, recuerda en esta carta cómo la conoció -pidió a Almodóvar que los presentara- y cómo entonces le expresó toda su admiración. En su mensaje, Sabina lamenta que su amiga hiciera el viaje a España en el que la hospitalizaron y después del cual, al poco de llegar a México, murió. "Fue un viaje que quizá no debió hacer, pues no estaba en condiciones", indica.