Cultura

Fernández Mota presenta 'Ocaso', su última obra con sabor a despedida

  • El escritor y poeta de 90 años comparte la obra en el centro documental José Luis Cano de Algeciras.

Caminando al borde de la tensa cuerda de sus 90 años Manuel Fernández Mota (Sayalonga, 1924) se erigió ayer, de nuevo, como fiel e incombustible defensor de la poesía presentando una nueva obra, un regalo llamado Ocaso. Se rodeó de amigos y admiradores de su extensa creación poética y literaria en el Centro Documental José Luis Cano de Algeciras, edificio cuyo nombre recuerda precisamente al que fue su amigo y al que tanto ha reivindicado y recordado.

"No es muy corriente que un poeta, en su nonagésimo cumpleaños, escriba y presente un libro de poesías. Tal vez algunos digan que no se debe decir 'mi último libro', pero considero que hay que saber terminar a tiempo", esas fueron algunas de las palabras que compartió con una débil voz el poeta malagueño y algecireño de corazón.

La presentación de este último poemario gozó de un acompañamiento especial. Junto a la concejal de Cultura, Pilar Pintor, estuvo rodeado de Juan Carlos Narváez, director de Radio Algeciras, que introdujo con maestría a los demás compañeros de mesa: el periodista Juan Manuel Dicenta, la poeta Paola Tobalina y la actriz y nieta del veterano escritor Lydia Aranda. Precisamente en sus voces se fueron desvelando algunas de las piezas del poemario Ocaso, libro de 167 páginas que cuenta con fotografías e ilustraciones realizadas por el propio autor.

Fernández Mota se mostró visiblemente emocionado tras escuchar el sentimiento de su obra en las voces de sus aliados de mesa. Explicó que presentaba su último libro apuntando que "no es un ocaso de fulgores, sino un ocaso de recuerdos, olvidos, dolores y soledades". Señaló al público que está en Algeciras "donde planté mi vida y la de los míos, entregando con todo mi esfuerzo ese deseo de cultura". Hizo mención de sus creaciones como la revista Bahía, sus trabajos en periódicos o publicaciones literarias de toda España e Hispanoamérica, llevando a Algeciras a ser considerada en la época como la "ciudad española de la poesía".

Expuso también el esfuerzo que realizó en torno a la Conferencia Internacional de 1906, ya que pensaba que no se trató con la importancia debida, por lo cual hizo una labor de investigación muy relevante, lo que le permitió publicar en 2006, con motivo del centenario, Memoria histórica de una conferencia.

Desveló a su vez que ahora "con tantos años sobre mis espaldas he querido presentar este libro. Es el libro de mi ocaso". Adelantó que en él hay poemas doloridos y nostálgicos, pero también recuerdos de ilusiones, caricias, de rutas azules. Finalizó sus palabras elevando que "es el momento de agradecer al pueblo de Algeciras su reconocimiento a mi labor, su gesto de hacerme uno de los suyos".

Por su parte, Pintor subrayó que para ella, ya no sólo como edil de Cultura, sino como persona es un "auténtico honor" acompañarle e hizo alusión al trabajo de Mota investigando sobre la conferencia de 1906 cuando ella era directora del museo municipal. Sostuvo que como él hizo reivindicando a Cano, a ella le toca trabajo por poner en valor las grandes figuras locales.

Como nexo de unión Narváez desgranó detalles de la biografía y obra de Fernández Mota al compás de la música de Paco de Lucía. Recordó, entre otras cosas, que el protagonista es Hijo Adoptivo de Algeciras, premio Ateneo José Román y Medalla de la Palma y Medalla del Ateneo de Málaga. Habló de su nacimiento en un pueblo de la Axarquía malagueña, de su matrimonio, sus siete hijos, de su marcha a Algeciras con cuatro de ellos, de sus estudios a los 34 años y su oficio de maestro. Fundó la revista Bahía y de su gran labor de investigación en torno a la Conferencia de 1906.

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