Toros

Con los Cuadri por testigo

  • Curro Díaz y David de Miranda protagonizan un importante mano a mano en el Coso del Descubrimiento frente a los toros de una de las divisas más apreciadas del campo bravo 

Curro Díaz, David de Miranda y seis de Cuadri para esta tarde en Palos. Tarde de expectación. Justa y lógica esa expectación. Hay toreros y hay toros. Hace exactamente seis años que los toros de Cuadri asomaron a la historia del coso Palermo. Aquel día lluvioso, con un albero sensible al accidente, con la presencia de un Cuadri y su significado como toro lo tenía todo.

Aquel cartel de los diez años de la plaza palerma lo llenaban los toros de la divisa triguereña y tres toreros sin un tirón especial para la gente de esta tierra. Juan del Álamo, Álvaro Lorenzo y Curro Díaz, no lo tenían en ese momento. Especialistas en entenderse con esos toros que provocan sensaciones diferentes, sí, pero dejando que el tirón en taquilla fuese el interés por ver a los de la H. Tener fe … y demás creer, titulaba aquella crónica. “Tener fe y creer que el festejo iba a ir para adelante a pesar de truenos, lluvia y la incomodidad del ruedo. Tener fe para irse a buscar el morrillo de un toro con dos palitroques en las manos sin poder asentar las zapatillas. Fe para comprar una entrada de toros aunque esté jarreando desde el cielo a las doce de la mañana”, les contaba entonces.Aquella tarde de truenos, relámpagos y una espantosa tromba de agua en la mañana de sorteo no impidió un tendido poblado de paraguas esperando a los Cuadri. Ya se sabe el predicamento que los de la divisa morada, amarilla y blanca tienen por estos pagos. Y por otros, también. No fue una corrida redonda en cuanto al juego de los astados. “Al menos cuatro toros anduvieron sin esa personalidad con la que siempre espera el aficionado a los toros de esta importante casa ganadera. El sentido de la tarde lo tendría otro Crisantemo, uno más en esa reata, y un torero honrado y artista que le arañó hasta lo último bueno que tuvo aquel toro. La tarde se llevaría a Curro Díaz vestido de grana y oro, a hombros con Álvaro Lorenzo.

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Seis años han transcurrido desde ese debut ganadero. Seis años sin perder un ápice del cartel que siempre han tenido los toros. Esta vez sin tener que apelar a la épica de sostener un paraguas entre las manos para que no te lo arranque el viento. Con la confianza que da un hierro en racha alta y esta vez sí, con un cartel torero que rivaliza con los Cuadri por el interés de la tarde. Porque Curro ya tiene un trozo de cariño de esta tierra en su mano después de muchas tardes de toreo bueno y caro; porque Miranda es otro torero más hecho, más rotundo y más triunfador, digan lo que digan los catedráticos. Triunfador, sí. A mucha ley y con justicia hace muy poquitos días en Sevilla con un gran toro.

Se mire por donde se mire es un cartelazo de feria grande lo que hay hoy puesto sobre el albero Palermo. Y mire usted que ha tenido carteles grandes esta plaza. Un cartelazo de Madrid, como afortunadamente debe serlo dentro de ocho días en Las Ventas pero además muy especial para esta Huelva que definitivamente va a rebosar el tendido Palermo.

En esos pagos ganaderos de Comeuñas andaba entre una abundante hierba ese encierro que la mirada de Víctor Palmar logró perpetuar dentro de su cámara como argumento previo a esta tarde.Y miren por donde ya descansaran quienes decían que Miranda no se anunciaba con Cuadri. Ahí está con tres. No hay nada en esta vida como saber esperar.Lo dicho, cartel grande, expectación y previsión de acontecimiento en este 20 de abril que busca dejar a San Jorge satisfecho en su onomástica. Así sea.

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