Cultura

Continúan descifrando el límite del arte sureño con nuevos abrigos rupestres

  • Simón Blanco localiza 16 entre el norte del Campo de Gibraltar y la Janda El colectivo APAS destaca un nuevo foco de entidad propia

La apasionante búsqueda de más vestigios del Arte Sureño no descansa y con más fuerza resuenan tras la creación de la asociación APAS para su protección. El algecireño Simón Blanco no ha cesado en su empeño de seguir rebuscando entre los parques naturales de la provincia estos símbolos rupestres de una historia pasada. Los últimos hallazgos han sido localizados en la zona norte del Campo de Gibraltar y la Janda, lindando con el río Majaceite, que de momento sigue funcionando como límite septentrional para este fenómeno prehistórico.

En lo que va de año, subrayó Simón Blanco, han sido ya varios los descubrimientos importantes por esta zona, en concreto 16 abrigos rupestres, mostrándose como un nuevo foco de entidad propia dentro del arte rupestre gaditano.

El experto explicó que se caracteriza por su estilo esquemático, que parece corresponder a una horquilla temporal que iría desde un neolítico avanzado hasta las incipientes sociedades metalúrgicas del calcolítico, siendo la práctica totalidad de las figuras de carácter antropomórfico, hecho muy difundido dentro de este nuevo contexto cultural que se inicio en el neolítico, y en el que se abandona progresivamente la temática animalística, y en el que la figura humana se va imponiendo como eje central de las representaciones en el ámbito de las primeras actividades agrícolas y en las demarcaciones del territorio de estas sociedades más complejas y jerarquizadas.

Uno de los grupos más representativos, argumenta Blanco, dentro de este nuevo conjunto lo conforman las Cuevas del Laurel I, II y III, con gran cantidad de elementos esquemáticos, entre los que cabe destacar la presencia de un ídolo oculado y lo que parece corresponder a un ritual hierogámico, tal y como concluye en sus estudios.

Para el algecireño el ídolo oculado viene definido por los puntos de los ojos, la nariz ejecutada a través de un trazo vertical que arranca entre los ojos y con los arcos superciliares bien marcados mediante una línea curvada.

Otra de las escenas principales, a juicio de Blanco, parece corresponder a una hierogamia o unión sagrada entre hombre y mujer, que consta de una figura masculina con el pene bien marcado y a su derecha una figura femenina con una especie de bolsa entre las piernas, en una clara alusión al parto. Ambas figuras están enlazadas por pies y manos y todo dentro de un círculo de puntos que potencia la actividad relacionada con la pareja. "Estamos ante representaciones menos simbólicas y que reflejan la creciente complejidad social de estos grupos calcolíticos".

Por encima de esta escena se observa un conjunto de antropomorfos concatenados a través de una línea en zig-zag en sentido ascendente y trazando un arco de círculo que podría interpretarse como un "escena de danza". Este grupo parece celebrar mediante la danza, el ritual hierogámico representado en el friso inferior.

Para Blanco, si bien, no menos importante es el descubrimiento en las inmediaciones de la Cueva del Laurel III de los restos de un poblado y de una necrópolis megalítica que podrá facilitar la correcta contextualización de estas poblaciones prehistóricas.

En torno a un centenar de abrigos rupestres estima haber localizado el algecireño Simón Blanco en los últimos diez años, con la ayuda de Francisco Díaz. No descansa y su afán es la conservación de este arte milenario, para ello con APAS se está realizando un gran trabajo de prevención y especialmente de concienciación sobre el gran valor de este patrimonio.

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