Provincia de Cádiz

"Tenemos la solución para la migraña"

  • El doctor Larena-Avellaneda ha explicado a colegas de la provincia su revolucionario descubrimiento

Es tan simple que se lo cuenta a los colegas, se lo demuestra y le dicen que no puede ser. "Es tan sencillo que el primer sorprendido de que nadie lo hubiese encontrado antes fui yo", explica el doctor José Larena-Avellaneda. "Y eso que lo tenía delante de mí, en un cráneo que tengo". "De cuando estudió", apunta el también dentista Salvador Fernández Miró. "Y no lo había visto...", se lamenta Larena. "Un cráneo de una chica con un tercer molar volado hacia afuera, típico productor de CAT", anota su colega. "Los ojos no ven lo que el cerebro no conoce", remata Larena.

Los ojos no veían y el cerebro no conocía lo que en 1998 descubrió el médico estomatólogo Larena-Avellaneda. Encontró ni más ni menos la causa de las migrañas; de las cefaleas migrañosas y tensionales, de los mareos y vértigos, de unas patologías frecuentes que afectan al 20% de la población, normalmente de causas desconocidas.

"Descubrimos que la causa es una patología que hemos denominado Compromiso Articular Temporomandibular (CAT)", explica Larena. "Consiste en lo siguiente: los humanos tenemos un problema de volumen y de espacio en nuestro aparato masticatorio; la mandíbula, que es el hueso que se mueve para masticar, hablar, etcétera, tiene comprometidos la amplitud de sus movimientos porque golpea contra algo, ya sea hueso o diente, en el maxilar superior. Uno puede golpear la cara interna de un lado de la mandíbula contra la de arriba. Entonces te haces daño, se te despierta el dolor, que es el dolor de cabeza migrañoso, o bien cefalea migrañosa, y los mareos o los vértigos".

"Habla en plural porque es muy modesto. Lo descubrió él", apunta Fernández Miró, que ha invitado a Larena a Cádiz para que imparta unas charlas a colegas y a otros médicos y especialistas interesados en saber sobre el CAT, sobre lo que ha averiguado Larena y los resultados de su descubrimiento. "La mandíbula tiene una rama que sube hacia arriba y esa es la que impacta. Al impactar produce un daño porque es una zona ricamente enervada, por unos nervios que dan una sintomatología tremenda", explica Fernández Miró.

"El nervio que se afecta ahí, principalmente, es el nervio trigémino, que es el nervio que recoge, con una exquisitez exagerada, todos los estímulos dolorosos. Por eso provoca en el paciente unos dolores tan fuertes", precisa Larena.

Y continúa Fernández Miró: "Esto es una cosa revolucionaria, que no llega a creerse la gente, porque dice: cómo va a ser una cosa tan sencilla, un golpe aquí. Lo bueno es que es muy sencillo de diagnosticar. Usted tiene migraña, pues vamos a ver si es un CAT. El CAT se ve facilísimo, porque es una falta de espacio. Y una vez que conocemos el origen, tan fácil o difícil como sea curar el CAT, así curamos la migraña o el vértigo. Si se descubre el origen, puedes tratar el origen, no tratar la sintomatología. Y la intervención es muy sencilla, sencillísima. A veces quitando la muela del juicio, a veces el hueso que la rodea. Son operaciones con anestesia local, se tardan veinte minutos o media hora, se hacen en la consulta del dentista".

Larena estuvo dos años comprobando su descubrimiento. Tuvo que dar marcha atrás a todos los pacientes que había etiquetado de otra patología. "A los dos años, después de comprobar hasta la saciedad lo que se puede comprobar en una consulta particular, pues ya la dimos a conocer en el año 2000, en un congreso internacional. La hemos puesto en revistas, lo hemos dicho en los colegios de médicos y, sobre todo, en el maravilloso escaparate que es internet".

¿Y los resultados? "Satisfactorios. Son trece años aliviando y curando a muchas personas", dice Larena. "Hay mucha gente sufriendo con esto. Y no es sólo lo que sufren los pacientes. Está la otra parte: la pérdida de vida social y vida laboral. Y está también el sufrimiento económico, lo que nos cuesta todo esto a todos. Pues bien, hay unos métodos de diagnóstico simples, sencillos, muy económicos, y unos tratamientos al alcance de todo el mundo. No hace falta una analítica de imágenes exhaustiva, no hay tratamiento farmacológico, sino sencillamente un tratamiento de dentista, cómodo, al alcance de la mayoría de la gente".

Y nadie lo había visto antes. "No lo habían visto lo otorrinos", explica Larena, "porque no miran dentro de la boca. Los neurólogos tampoco miran la garganta. Podían haber encontrado esta patología los traumatólogos, pero ellos son del aparato locomotor, no estudian el cráneo. Lo encontramos los dentistas porque exploramos la boca y además los movimientos de lateralidad de la mandíbula, cuando se mastica; nos dimos cuenta de esa manera; vimos que había un golpe fuera, que había un contacto entre la mandíbula y el maxilar, y a partir de aquello ya desarrollamos toda esta teoría".

Una teoría, una comprobación y ahora unos resultados que son la mejor prueba de la relación entre la migraña y el CAT.

Ahora bien, "esto no lo cura todo ni es todo", advierte el doctor Larena: "En medicina, todo no existe. Pero eso sí: si un paciente llega con una sintomatología y unos signos raros de cabeza, de cara, craneales, de mareos, de malestar, sensaciones raras en la piel, en los ojos, que no ve bien, que le lagrimean, que tiene la cara un poco rara, que le cuesta trabajo tragar, que siente cosas raras..., siempre digo lo mismo: mira, procura que tenga un CAT, porque si tiene un CAT, se le cura; si no lo tiene, ya son palabras mayores".

Lo frecuente, afortunadamente, es que el paciente tenga un CAT.

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