¿Desde Los Barrios a Estados Unidos?: Acerinox se plantea cotizar en Wall Street
La empresa de origen barreño estudia seguir los pasos de Ferrovial, aunque sin abandonar su sede social en España
Acerinox redobla su apuesta por Estados Unidos, donde está "el futuro de la compañía"
Acerinox tiene su origen en Los Barrios, donde fue fundada en 1970. Más de 50 años después, la compañía puede dar el salto a Wall Street y comenzar a cotizar en Estados Unidos. El motivo es abrirse a un mercado de accionistas mayor para capitalizar en Bolsa la decidida apuesta realizada en este país, con la compra de Haynes International el pasado año como uno de sus principales puntales.
"Desde 2018, los múltiplos de empresas estadounidenses similares a la nuestra han sido significativamente más altos, por lo que una operación exitosa crearía valor para la empresa", expresó Bernardo Velázquez, CEO del grupo, en una entrevista con la agencia Bloomberg.
El salto al parqué de Wall Street por parte de la siderúrgica no es seguro, ya que primero debe ejecutarse la inclusión plena en el grupo Acerinox de Haynes International, la compañía adquirida a finales de 2024 por unos 800 millones de dólares. De momento, la decisión está en fase muy preliminar y, hasta dentro de un par de años, la directiva no tomará una decisión al respecto.
Uno de los motivos principales que han impulsado este planteamiento es la escasa evolución de la cotización de Acerinox en el Ibex 35. El precio de las acciones se ha mantenido relativamente estable en los últimos tiempos e, incluso, se ha visto arrastrada hacia abajo por la tendencia general del índice con algunos de los anuncios de Donald Trump sobre los aranceles. Este miércoles, el precio de la acción ha llegado a superar los 11 euros.
Bernardo Velázquez considera que el precio de las acciones de la empresa en el mercado español no refleja su proyección en EEUU. En suelo americano, la siderúrgica de origen barreño cuenta con la planta de Haynes International en Indiana especializada en producción para la industria aeroespacial, a la que se suma la de North American Stainless, en Kentucky, mayor productor de acero inoxidable del país. "Nuestra apuesta por el mercado estadounidense ha sido un acierto y vamos a mantenerla", apuntó el directivo durante la junta de accionistas del pasado mayo.
Según el CEO de Acerinox, a la compañía no tiene por qué beneficiarle necesariamente los aranceles de EEUU, ya que los anuncios de Trump crean "incertidumbre, hasta en las empresas estadounidenses". A esto se suma el indeterminado el impacto de las medidas en los países a los que compran materia prima y equipos.
De acuerdo con Bloomberg, Acerinox no tiene intención, por el momento, de retirar su sede social de España, al no ser necesario para entrar en los mercados bursátiles estadounidenses. La matriz tiene su base en Madrid, mientras que la planta de Palmones, origen de la empresa, continúa como domicilio de la filial Acerinox Europa, que gestiona este enclave.
El salto a EEUU podría realizarse mediante una doble cotización, con las mismas acciones a la venta en ambos países, o con una oferta de acciones del negocio americano. De materializar el interés, no sería la primera compañía que da este paso, como ya hizo Ferrovial (trasladó su sede a Países Bajos como paso previo) o bancos como BBVA y Santander, que lo hacen mediante de certificados de depósito.
Aranceles europeos
El CEO de Acerinox, Bernardo Velázquez, considera que Europa necesitaría aproximar su política arancelaria a la de Estados Unidos para proteger el mercado comunitario del acero de las injerencias de terceros países. "Si no queremos depender únicamente de las importaciones y tener nuestro propio suministro de materias primas estratégicas, tenemos que plantearnos imponer aranceles", explicó el directivo en la entrevista con Bloomberg. "No digo que los aranceles deban ser nuestra 'palabra favorita', como dijo Trump, pero deberíamos dejar de tener palabras prohibidas en Europa", abundó.
El punto central está en proteger a la industria siderúrgica europea de las injerencias de acero producido en China, de un precio mucho más barato y, como reclaman las patronales, con mayor impacto medioambiental que el producido en suelo de la UE. Ante las restricciones de EEUU por los aranceles, los empresarios alertan de que esa producción acabará inundando el mercado europeo, afectando negativamente a las compañías.
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