Cuaresma

Jesús Luque rinde tributo a su padre y a la costalería en el Pregón de la Semana Santa de La Línea

Jesús Luque Caparrós, durante el Pregón de La Línea.

Jesús Luque Caparrós, durante el Pregón de La Línea. / Andrés Carrasco

"Llega el momento de darle paso a la cruz de guía, que la ciudad espera impaciente el estallido en vísperas, que la arena del reloj esta a unos granos de quedarse en boca arriba, que no hay ya una sola flor de este jardín que no esté en pétalos enclavada. (...) Ábreme el portón fiscal, que mis paisanos son un hervidero de emociones a punto de explotar y vamos a recoger la cofradía". Con estas palabras y otras muchas más, todas cargadas de recuerdos y poesía, ha anunciado este Domingo de Pasión Jesús Luque Caparrós la llegada de la Semana Santa de La Línea.

El discurso de Luque Caparrós ha sonado emotivo, a caballo entre el verso y la prosa, en un teatro del Colegio Salesianos vestido de gala para escuchar la palabra de un joven (tiene 30 años) que rebosa experiencia en el mundo cofrade, impregnado por él por un padre que fue el mejor maestro y al que ha rendido homenaje durante el pegón de la llegada de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor.

Fue Jesús Luque el que dio al pregonero de 2024 la alternativa hace más de 15 años, el Jueves Santo de 2007 justo después de revirar hacia la calle San Pedro en la ida. "Me dio los trastos para poder mandar a todos esos hombres que yo tanto había admirado de pequeño, si vuestros hijos crecen con ídolos deportivos y conociendo sus alineaciones, para mí, mis ídolos eran ellos y me sabía a la perfección quién iba y dónde en cada palo", ha recordado en su discurso.

"Sigo siendo el mismo niño que jugaba debajo de una silla, emulando a sus ídolos, los costaleros de su padre, sigo siendo ese joven que invitaste a la cena del Señor, el adolescente de madrugones tras largas noches de ensayos o el hombre, que aunque con otros ropajes, sigue llevando en su alma el terno negro de mando, y hoy viene con el respeto del debut a asomarse al balcón de un pueblo que grita en silencio la grandeza de tu nombre", han oído los cofrades linense de la boca de este médico  que fue introducido entre las parroquias de San José y San Pedro desde muy pequeño, forma parte de las hermandades de Amor y Oración y de Perdón y Salud, y es cargo de confianza de ambas como capataz de sus titulares junto a su padre. Ha formado parte de la vida del grupo joven de Amor y Oración desde su nacimiento y también es colaborador del portal La Línea Cofrade.

Jesús Luque Caparrós, agradecido. Jesús Luque Caparrós, agradecido.

Jesús Luque Caparrós, agradecido. / Andrés Carrasco

En cuanto a su bagaje como pregonero, ofició el pregón juvenil organizado por el Consejo Local de la Línea en el año 2013, fue exaltador en la extraordinaria a María Santísima del Amor en el año 2011 y exaltador de María Santísima de la Salud en el año 2016.

"La vida, la vida es ese engranaje que una vez que se pone en funcionamiento nunca descansa, es como un oleaje cambiante en su frecuencia, a veces la olas llegan más rápidos, incluso que parece que no hay solución de continuidad entre una y otra, y otras veces se espacian tanto en el tiempo que parecen no llegar. Pues, la vida del cofrade es igual, no es una línea recta en una función que se mueve de forma constante, lo que en física sería un movimiento uniforme, para nada, la vida cofrade es un reflejo en el espejo de la propia vida, tiene sus momentos álgidos, puro éxtasis, casi emulando a Santa Teresa o a San Juan, y tiene momentos donde discurre por el curso bajo y baja su velocidad al mínimo. El año de un cofrade es cómo un péndulo que viene y que va, pero como siempre digo lo importante es estar", ha explicado en su Pregón. 

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