La Línea

El Círculo Mercantil en 1921

  • periódicoEl periódio 'El Sol' publicó el 26 de febrero de 1921 varios artículos sobre la actualidad de La Línea, que por entonces contaba con unos 70.000 habitantes

Es sin duda alguna el Círculo Mercantil la sociedad más importante de La Línea. Cuenta con más de cuatrocientos socios pertenecientes al comercio, industria y profesiones liberales.

Como sociedad de recreo, tiene todo lo necesario para solaz y esparcimiento de sus socios: billares, salones de baile, de tresillo, buena biblioteca y cuanto requieren los casinos de su clase; pero lucha con la deficiencia del local, insuficiente de todo punto para establecer dentro del mismo cuartos de baño, peluquería, y otros muchos detalles que le faltan para hacer de él un casino de primer orden, como corresponde a la importancia de La Línea y como es el deseo unánime de todos sus socios.

Ha pretendido la directiva anterior subvenir a estas necesidades, que cada día se sienten con más intensidad, por el aumento continuo de socios, y, al efecto, quisieron construir un edificio ad hoc de nueva planta en el local de su propiedad, que hoy ocupa el Casino de La Línea; pero a pesar de haber cumplido el contrato de arrendamiento de dicha casa, a pesar de habérsele notificado el despido con tiempo oportuno, como previene la ley, se celebró juicio de desahucio, y fundándose en consideraciones que, con todos los respetos que merece la justicia, no parecen pertinentes, ello es que el Tribunal Municipal "no ha lugar al desahucio"; no es de suponer que en esta sentencia haya podido influir el hecho de que el Casino de La Línea, según de público se afirma, es una dependencia del Ayuntamiento.

Hay que tener muy en cuenta que el Círculo Mercantil, a más de su carácter de sociedad de recreo, tiene otra misión muy especial en sus estatutos, que es la defensa de las clases mercantiles e industriales y de todo lo que afecte a los intereses generales del pueblo, y nunca dejó pasar ocasión de demostrar que sabe cumplir con uno de los fines que presidieron a su fundación, dificultando los atropellos del cacique, única plaga que azota a este pueblo y la eterna rémora que tiene La Línea en el camino de su liberación y engrandecimiento.

¿Guardará alguna relación esta actuación del Mercantil con la sentencia denegando el desahucio que se pedía al Casino de La Línea? ¡Quién lo sabe! Nuevamente este año intentará desahuciar a los vecinos de enfrente; en la directiva figuran elementos jóvenes y valiosos que cifran todo su empeño en hacer un hermoso Casino que responda a las necesidades de la población, y si consiguen entrar en posesión de su casa, si otra vez los distingos y sutilezas de los Reales decretos y Reales órdenes no le privan de lo que ellos estiman un indiscutible derecho, entonces, en breve plazo, La Línea podrá enorgullecerse teniendo un hermoso edificio, donde se establecerá esta simpática sociedad, que cuenta con capital suficiente para no escatimar en la obra cuanto sea preciso para llegar al fin que se proponen.

Como prueba de que esta entidad no se amolda a consentir sin protesta que los administradores del municipio hagan mangas y capirotes de los intereses del procomún, en fecha muy reciente han surgido serios disgustos con el diputado por el distrito Sr. Torres Beleña, cruzándose con tal motivo cartas que han dejado al diputado en ridículo y fuera de la presidencia honoraria del Círculo, y la entidad ha mantenido su criterio de vivir alejada y en franca lucha con los amigos del diputado, que son los caciques de siempre y los eternos enemigos del pueblo.

Las aspiraciones del Círculo Mercantil respecto al porvenir de La Línea, y que publicó El Sol en su suplemento de Marruecos y Campo de Gibraltar, son:

"La Línea necesita: Primero. Un censo electoral de verdad, donde estén incluidos cuantos tengan legítimo derecho entre los setenta mil habitantes que la integran, a fin de que puedan defenderse del feudalismo caciquil que hoy los esclaviza.

Segundo. Rehabilitación de su aduana, a fin de que el comercio honrado pueda desarrollarse en bien de la nación, sin tener que sucumbir a las inmoralidades de agentes y caciques.

Tercero. Un Juzgado de primera instancia que sirva de base para la defensa de la ciudadanía, que tanto ansían los 'acampados'.

Cuarto. Un hospital de nueva planta para poner término a la vergonzosa explotación que hoy realiza el caciquismo local con unas barracas de alquiler.

Quinto. Un tranvía eléctrico que una a La Línea con el puerto de Algeciras.

Sexto. Un ramal de ferrocarril que, enlazando con la red peninsular, evite el recargo que actualmente sufren las mercancías, siendo acarreadas desde la estación de San Roque.

Séptimo. Agua potable, teniendo en cuenta que a su consecución se han estado oponiendo hasta hoy razones nacidas en fósiles cerebros, reñidos con todo principio político y militar.

Octavo. Una buena administración municipal que urbanice y atienda debidamente las necesidades de la población, posponiendo a ellas todo interés personal o político.

Con esto, y con que el obrero se convenza de que el mayor tirano para él son el vicio y el olvido del ahorro, debiendo huir de toda concurrencia a sitios que la burguesía y el agio le ofrecen para explotar sus debilidades y mantenerlo en la esclavitud, La Línea de la Concepción sería el paraíso terrenal de que nos hablan las Escrituras".

No hemos de terminar esta información sin enviar nuestro testimonio de agradecimiento a todos los socios y la Directiva del Mercantil por las innúmeras atenciones recibidas durante nuestra estancia en La Línea, y un saludo muy especialísimo a su presidente, D. Joaquín Ortega Durán, profesor de instrucción primaria, médico, abogado, jefe del partido reformista, orador elocuentísimo, periodista notable y no sabemos cuántos títulos más; pero indudablemente la figura más popular y simpática de La Línea, y una de las personalidades de más prestigio y valía en todo el Campo de Gibraltar.

DON JUAN BEATY VIAGA

Misión ineludible del informador comercial es la de dar a conocer por medio de los grandes órganos de publicidad los nombres de aquellas personas a cuya actividad deben las respectivas regiones buena parte de su prosperidad y bienestar.

Así, nosotros, en esta página dedicada al Campo de Gibraltar no podríamos prescindir, so pena de ser injustos, por omisión, de rendir el homenaje que se merece al Sr. John Beaty Viaga, industrial acreditadísimo de Gibraltar y La Línea de la Concepción.

Es negocio principal del Sr. Beaty el negocio de las carnes frescas, para cuya venta cuenta con un puesto en el mercado de Gibraltar y otro en la Línea. Este último puesto (a cargo de D. José Domínguez) es realmente el puesto regulador que evita los abusos de precio y peso en el mercado linense. Durante la guerra, en aquellos días en que la carne llegó a tener un precio fabuloso, el Sr. Beaty, con generoso desprendimiento, que le ocasionó fuertes pérdidas, hizo bajar el precio de la carne, de golpe, en seis reales kilogramo, beneficiando de este modo al pueblo de La Línea.

Otro de los negocios del Sr. Beaty es el de abastecimiento a los barcos de toda clase de artículos alimenticios y de agua. Para este último servicio cuenta con varias cisternas de su propiedad, tan perfectamente acondicionadas, que, aun en los días de peor estado del mar, no han dejado de cumplir su cometido. Presta este servicio de abastecimiento de agua, con carácter exclusivo, a la Marina de guerra española. Abarcando otras modalidades mercantiles, el Sr. Beaty, como empresario de espectáculos, es arrendatario del Teatro Cómico y de la Plaza de Toros de La Línea. Y como prueba de su desprendimiento y buen gusto, de su acierto insuperable, siempre sabe llevar a los carteles de sus espectáculos la nota vibrante y bulliciosa de las novedades y los grandes éxitos.

Sobre todo en los toros, desde que el Sr. Beaty es empresa se dan las mejores combinaciones que pueden conocerse en las más acreditadas plazas. Además, ha dotado al circo taurino de una instalación eléctrica propia, adecuada para sesiones cinematográficas durante el verano. En Ceuta, y en el edifico ad hoc, situado en la Ribera de Pescadores, tiene el Sr. Beaty una importantísima fábrica de salazones y conservas, a cuyo frente, e interesado como socio industrial, figura el inteligente técnico don José Rosa Hueso.

Son representantes de dichas fabricaciones en Italia, su principal mercado, los Sres. Groz y Lanata, de Génova. En Rincón del Médik tiene también depósito de salazones.

Muy pronto estarán dispuestos para navegar cuatro barcos a motor, cuyos últimos útiles pesqueros se están preparando en estos días.

Por último, el Sr. Beaty, emprendedor arriesgado, activo, acude a grandes subastas y adquiere todo lo que es susceptible de comercio.

Para todos los asuntos enumerados, y algunos otros que seguramente habrán escapado a la memoria infiel del amnésico periodista, cuenta el Sr. Beaty con la asociación de su hijo político, D. Manuel Vergara, joven incansable, que goza de generales simpatías, y que saber ver los negocios con rápida ojeada.

Lástima que hombres como los señores Beaty y Vergara, de que tan necesitados están los pueblos, lejos de ser ayudados y fortalecidos por quienes, debido a su cargo y a su responsabilidad ante el pueblo, debían prestarles todo su apoyo, se vean, ante la amargura de las trabas y componendas caciquiles, en momentos de desmayo que hacen pensar en abandonarlo todo o en huir hacia tierras más hospitalarias…

¡Lástima, lástima!...

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