Susana Hornos, 'Mañana seremos otro día', una novela con instinto
Esta actriz española y curtida en los escenarios argentinos debuta en la novela
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Actriz, dramaturga y ahora novelista, Susana Hornos ha construido una carrera artística de más de veinticinco años entre España y Argentina. Tras cosechar éxitos internacionales como su unipersonal "Demasiado joven para ser viuda", premiado en Nueva York, ahora nos sorprende con "Mañana seremos otro día", su debut como escritora. Una novela que, lejos de quedarse en la superficie, se sumerge en temas como la violencia de género, la homofobia y la capacidad humana de reconstruirse tras el trauma.
-Susana, después de años dedicada al teatro y la interpretación, ¿qué le llevó a escribir tu primera novela?
-Siempre escribí, incluso antes de actuar, con relatos en Argentina que adapté al teatro con Zaida Rico. Esta vez, imaginé las vidas de Carmen y Tomás sin un rumbo claro. Durante una caminata junto al mar, una imagen bella y dolorosa me mostró a ambos juntos. Sentí el impulso de contar su historia en una novela, sin planificación, solo instinto.
-Mañana seremos otro día explora la esencia humana, desde lo crudo hasta lo tierno. Háblenos de la novela y sus protagonistas.
-Es un homenaje a la amistad, un amor tan vital como el romántico. Carmen y Tomás cuidan a sus padres, pero ¿quién los cuida a ellos? Tras traumas dolorosos, enfrentan el colapso de sus mundos. Se aíslan, tropiezan, pero mantienen la fe. La novela refleja la idea de mi marido: “Hasta en los momentos más duros, la vida merece la pena”.
-Cada capítulo lleva una palabra como “Aberrar” o “Hanzo”. ¿Por qué esta elección?
.No son al azar. Cada palabra resume o simboliza el capítulo, inspirada en el diccionario María Moliner. Buscaba un lenguaje emocional y estético, no intelectual. Por ejemplo, “Hanzo” surgió al explorar “placer” y su relación con el dolor de las víctimas. El castellano es un deleite, y compartirlo es un regalo como escritora y lectora.
-Escribió durante diez meses, ocho horas diarias. ¿Cómo fue ese proceso?
-Tras un momento personal duro, recordé el consejo de una amiga: “escribe, no pares”. La disciplina, como en la actuación, transformó mi catarsis en un trabajo. Escribir fue mi resurrección frente a una traición que me paralizó. Agradezco a quienes me enseñaron sobre la cobardía; sus lecciones están en los personajes, con su bondad y miseria.
-¿Cómo le ayudó su experiencia como actriz al crear personajes?
-La disciplina y la libertad. Uso ejercicios de actuación, como “sonido y movimiento” de Jo Kelly, donde dejas que el cuerpo y la intuición creen sin que el intelecto interfiera. Esto genera imágenes y voces que enriquecen a los personajes, llevándome a lugares inesperados.
-Su novela precede casos como el de Gisèle Pellicot. ¿Le impactó esta coincidencia?
-Sí, fue inquietante. En la novela, Carmen dice en una rueda de prensa: “Ellos son los que deberían sentir vergüenza, no yo”. Meses después, las palabras de Pellicot me removieron. Necesitamos espacios en colegios y medios para educar en igualdad, no solo “noticias”. Las víctimas no deberían cargar con el peso de hablar, pero su valentía, como la de Gisèle, es una lección.
-¿Cómo influyeron sus experiencias en Argentina y España en su voz narrativa?
-Vivir en Buenos Aires y rodearme de amigos de América Latina y otros países enriquece mi mirada. Aprendo de sus voces, culturas y lenguas, como “pequerrechiña” de mis amigos gallegos. Consulto a mi familia sobre términos de ganadería o la aldea de mi madre. Es un goce que nutre mi escritura.
-¿Qué quiere transmitir con Mañana seremos otro día?
-No es un mensaje, sino compartir una certeza: un amigo puede salvarte en los momentos más duros. Me conmueven los lectores que encuentran esperanza en el libro; es un regalo.
-¿Tiene un próximo proyecto literario?
-Ya entregué mi segunda novela, una historia que me rondaba hace años. La escribí con gran disfrute, pero aún espero saber si será publicada. No puedo contar más, ¡espero que guste!
.¿Qué consejo daría a quien tiene personajes en la cabeza pero no se atreve a escribir?
-Escribe, como me aconsejaron a mí. No tiene que ser una novela; puede ser un cuento, un poema o un monólogo. Lo importante es que salga.
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