El Villa desafía a la lógica Un año después el Lucentum busca el regreso

El Villa acude esta noche a una nueva cita con la historia. La que está construyendo el equipo gualdiverde a base de desoír pronósticos y de alcanzar victorias, y por ende clasificaciones, tan inesperadas como sorprendentes. Los barreños son citados casi como invitados de piedra al Centro de Tecnificación de Alicante, que hace poco más de un año albergaba partidos de ACB. Segundo contra noveno en la primera ronda del play-off de ascenso a la máxima categoría, que esta vez se juega al mejor de tres partidos. La eliminatoria que sirve de pórtico a la final a cuatro de Cáceres. Todo estaría escrito de no ser porque este colectivo de jugadores ha sorteado todos los vaticinios y no renuncia a conseguirlo una vez más.

Los barreños, que anoche se ejercitaron en el escenario de la contienda, afrontan este primer partido del play-off con su armamento mermado.

Rafa Rufián es baja como consecuencia de la infección que le ha provocado una inflamación en el bazo. Y el internacional Da Silva viajó durante la noche desde Portugal para poder acudir al entrenamiento matinal de hoy y unirse al grupo, del que ha estado distanciado durante el fin de semana por problemas personales. Se vestirá de corto, pero está claro que no se encuentra con el mejor ánimo para un duelo que va a exigir la máxima concentración.

Aún así nadie se da por vencido en una plantilla que ha hecho saltar la banca en más de un desplazamiento esta temporada y que sin ir más lejos en su visita a ese mismo escenario en la fase regular sólo se rindió en el último segundo y por culpa de una canasta inverosímil de Fisher sobre la bocina.

El de hoy es, sin duda, el partido del play-off. Si el Villa quiere reventar los pronósticos buena parte de sus opciones pasan por sorprender esta noche a los de Óscar Quintana y rematar la faena el próximo sábado (19.00) con su hinchada como testigo. Una derrota no supone, ni mucho menos, la eliminación, pero sí que dificulta mucho lo que ya de por sí es una misión muy complicada, porque no hay que olvidar que el rival levantó su plantilla con el único objetivo de que su paso por la LEB Oro fuese, esta vez, lo más efímero posible.

Las paradojas del destino han querido que Villa y Alicante se encuentren en una eliminatoria apenas cuatro días de despedir con un partido entre ellos la fase regular. Los alicantinos impusieron su poderío en el juego interior y se hicieron con la victoria en un partido que, todo hay que decirlo, se desarrolló sin apenas tensión, por lo que no se pueden establecer paralelismos con los dos (o tres) que están por delante.

No es la única casualidad. Alicante también fue el primer verdugo de los barreños en una eliminatoria por el ascenso, al final de la andadura 1997-98. En septiembre de 1997 el Samuel Aguilar se había vestido con sus mejores galas para el debut en la segunda categoría nacional. El rival ¿cuál si no? el Alicante.

Alicante ha recuperado en las últimas horas el interés por el baloncesto, que sufrió un gran revés con el descenso que se materializó el doce de mayo del pasado año, tras perder en la cancha del Grupo Dunas Gran Canaria en la última jornada de la fase regular de la ACB.

Tanto el cuerpo técnico como el consejo de administración han solicitado el apoyo de los aficionados para este primer partido con el Villa. Por lo pronto los socios tendrán acceso gratuito a las instalaciones y además podrán adquirir una entrada adicional por solo tres euros, la misma cantidad que deben desembolsar los accionistas. Las entradas para el público en general costarán quince euros.

Por si no fuese bastante, hoy se celebra el encuentro Ciudad de la Luz. Los responsables del complejo industrial cinematográfico local han preparado numerosas sorpresas con el objetivo de lograr que el Centro de Tecnificación cuente con el ambiente de las grandes ocasiones. Y han sido muchas las que se han visto en ese recinto.

En lo que se refiere a la plantilla, todos los hombres están a disposición de Óscar Quintana, que en las últimas horas y en todas sus comparecencias ante los medios ha resaltado la dificultad que entrañó el partido del pasado viernes y los muchos méritos que atesora su rival "que ha tenido que sortear muchas dificultades para llegar hasta aquí".

Los alicantinos han perdido cuatro encuentros en su cancha a lo largo de toda la fase regular y el último fue a manos del ya ACB Cai Zaragoza el pasado mes de marzo. Antes habían salido airosos sde ese escenario Bruesa, Melilla y Lleida.

Desde que se produjo el relevo en el banquillo, o lo que es lo mismo, desde que Óscar Quinta sustituyó a Quim Costa, los alicantinos han experimentado una notable mejoría en su juego defensivo. El balance es de una derrota y cuatro victorias, la última, el pasado viernes en Los Barrios (74-83) seguramente por una diferencia mayor de la que quedó de manifiesto en el parquet.

El presidente del Lucentum, Miguel Cano, admite sin ningún tipo de reparos que el Villa era, precisamente, el equipo que no quería en el cruce y el capitán Lucio Angulo -el único español del plantel- advierte públicamente al vestuario que ante un enemigo de la entidad de Los Barrios, relajarse podría constituirse en un error de difícil solución.