José Manuel Camacho [Jerez, nueve de julio de 1985] fue uno de los artífices de una de las últimas grandes satisfacciones que ha vivido la afición de la Real Balompédica Linense. El cancerbero fue indiscutible en el once inicial de la andadura 2010/11, en la que los albinegros lograron su último ascenso a la Segunda división B, después de doblegar al Tudelano en la eliminatoria de campeones. El pasado domingo Camacho volvió al Municipal con el líder de la Primera Andaluza, todo un clásico de la provincia como la Unión Deportiva Roteña, que goleó al filial albinegro (0-4). Como le sucedió en su primer regreso como futbolista, a finales de 2011 entonces como integrante del Sporting Villanueva, el portero fue objeto de numerosas muestras de cariño. Un afecto que es recíproco. Tanto que apenas se le pincha un poco se le escapa un "la puerta del regreso a la Balona nunca estará cerrada" que se nota que le sale de dentro. "El fútbol da tantas vueltas ¿verdad?", desliza, como pidiendo complicidad.

José Manuel Camacho es el típico ejemplo de un futbolista buena persona al que la suerte le ha sido esquiva en su carrera. De hecho su salida de la propia Balona tuvo más sombras que luces. Vivió momentos muy difíciles en la Unión Deportiva Los Barrios (de la que salió catapultado hacia la Balona), en el Badajoz, en el Sporting Villanueva y después de colaborar la pasada campaña en su equipo, el Racing de Ferrol, a la fase de ascenso a la Liga Adelante, este verano no recibió una sola oferta que le atrajese. Su representante, el también exbalono David Copito, mueve ahora los hilos para que su reincorporación al fútbol profesional se produzca lo antes posible.

"Son circunstancias del fútbol", asegura Camacho para explicar su peculiar situación. "Todos sabemos cómo están las cosas en el apartado económico y la verdad es que no me apetece nada arriesgarme a irme lejos de casa, porque por desgracia he vivido problemas económicos muy graves a lo largo de mi carrera, así que no me arriesgo".

"Yo confío en no retirarme en Primera Andaluza", desliza mientras se le escapa un guiño de complicidad. "Estoy convencido de que las cosas van a salir bien y que más pronto que tarde la situación habrá cambiado".

A Camacho le cambia hasta el semblante cuando le corresponde hablar de su pasado en la Real Balompédica. El gesto denota añoranza. "No tuve que esperar a llegar al estadio, fue entrar el autobús en la ciudad y se me pusieron los vellos de punta", decía el guardavallas, nada más finalizar el encuentro en el que su equipo se afianzó en la primera plaza a costa de los cachorros albinegros.

"Cuando llegué al campo la primera imagen que se me vino a la cabeza fue la del día del ascenso, con toda la grada llena, la afición ayudando... todo buenos recuerdos", recalca. "Yo no puedo hablar más que cosas buenas de la Balona".

"Me enorgullece cómo me tratan cada vez que vengo a La Línea", dijo, visiblemente emocionado. "Ya me sucedió con el Sporting Villanueva y de verdad que sólo puedo expresar agradecimiento. Tengo aún muchos amigos de mi paso por aquí y mantengo contacto con ellos con frecuencia y palpo que me quieren".

El cancerbero se confiesa "un lector diario" de la sección de Deportes de Europa Sur a través de su edición digital, para seguir la actualidad no sólo de la propia Balona, sino también de la UD Los Barrios.

"Es que dentro de la caseta hay muchos excompañeros, Juampe [con el que también defendió los intereses del conjunto de la Villa], Copi, Ismael Chico... y estamos en contacto, pero además a mí me gusta saber qué se dice del equipo", explica. "Quiero volver un diíta de estos y reunirme con ellos para comer algo".

El portero evita cargar las tintas contra la Balona B. "Bueno, hay que entender que son chicos muy jóvenes y que las categorías están para algo, pero bueno, jugar en Primera Andaluza también les va a servir para que ganen en cultura futbolística, para que aprendan a competir a un nivel superior y como algunos ya están trabajando con el primer equipo, prepararse para cuando el míster cuente con ellos".

Camacho no deja pasar la oportunidad de mandar un mensaje de ánimo a la Unión. "Por supuesto que también estoy al tanto de todo lo que sucede allí, fueron tres años y eso deja huella, por muchas cosas que pasaran, también hay muchos buenos recuerdos".

El meta jerezano acaba con un mensaje muy significativo: "No tengo nada que reprocharle a nadie. En el mundo del fútbol al final lo que queda son los buenos momentos y de los malos lo que hay que hacer es aprender".

Cuando se le pregunta por la posibilidad de volver a defender en el futuro la guayabera albinegra, se le escapa una amplia sonrisa. "¿Volver a la Balona? Ojalá. Esa puerta siempre está abierta. Me trataron tan bien...".