Reuniones aplazadas, conexiones con otros trenes o aviones perdidas y un monumental enfado para unos 200 viajeros fueron algunas de las consecuencias de la enésima avería sufrida este mes de agosto por el tren Altaria que cubre la ruta entre Algeciras y Madrid. Una incidencia en la vía unida a una posterior avería de la locomotora dilató ayer el trayecto de la mañana entre el Campo de Gibraltar y la capital de España de las cinco horas y veinte minutos previstos hasta superar ligeramente las nueve horas, casi cuatro horas más.

El calvario para los dos centenares de pasajeros del Altaria 09367 que partió a las 8:43 desde Algeciras comenzó pronto. Nada más llegar a la estación de Jimena de la Frontera, a apenas unos kilómetros de la salida, el tren estuvo parado unos 70 minutos. Renfe explicó a Europa Sur que una máquina empleada para realizar obras de mejora en la vía se había quedado parada y hubo que esperar hasta su retirada para permitir la circulación.

Renfe sólo devuelve el billete, lo que indigna a usuarios con reservas hoteleras o de avión

Pero lo peor estaba por llegar. Con algo más de una hora de retraso, el tren retomó su curso hacia Madrid cuando al filo del mediodía la locomotora se quedó sin tracción, según explicaron varios de los viajeros. La máquina sufrió la avería cerca de Almargen-Cañete La Real, donde el convoy se quedó paralizado a la espera de una nueva tractora procedente de Antequera (Málaga).

La máquina llegó poco antes de las 14:00 y el tren volvió a la marcha unos minutos después, pero ya con más de tres horas y media de retraso acumulado.

Los viajeros recibieron un aperitivo a su paso por Córdoba consistente en un bocadillo, una bolsa de patatas fritas y un botellín de agua. Así mismo, durante la parada en Almargen la cafetería dispensó gratis sus productos a los viajeros, según precisó Renfe. La compañía agregó que el tren tuvo operativo durante las dos paradas el aire acondicionado y que se informó a los viajeros a través de la megafonía de las principales incidencias.

Sin embargo, los viajeros echaron en falta detalles puntuales de lo que estaba ocurriendo. Varios de los pasajeros explicaron a Europa Sur que aunque se informó a través de la megafonía, los avisos llegaban una vez resueltas las incidencias, sin entrar en detalles sobre lo que sucedía exactamente o los tiempos estimados de resolución. Para encontrar respuestas -sostuvieron- tenían que dirigirse en corrillos a los técnicos y personal de la compañía.

Durante la parada en Almargen las llamadas telefónicas para informar del retraso previsto a familiares, clientes y hoteles fueron constantes. A su llegada a Puerta de Atocha, a las 17:45 horas, buena parte de los pasajeros se dirigió directamente al mostrador para presentar reclamaciones. El tren debió llegar a las 14:05.

La ocupación de la vía también perjudicó a la circulación de otros dos convoyes con origen o destino en Algeciras. El vehículo que circulaba en sentido inverso, de Madrid hasta Algeciras, tuvo que transbordar a los viajeros en Antequera a varios autobuses para que continuaran su recorrido hasta el destino. Además, el tren de la tarde que partía desde la comarca a las 15:05 horas también se vio perjudicado. En este caso, los viajeros emprendieron el camino en varios autobuses hasta Antequera, desde donde subieron al tren hacia Madrid.

Y ya en la capital, el enfado para buena parte de los viajeros subió un peldaño cuando fueron a informarse de las opciones para compensar el perjuicio.

Varios usuarios manifestaron su intención de presentar reclamaciones y denuncias dado que el retraso les impidió disfrutar de reservas hoteleras o de trayectos en avión que, criticaron, la compañía no contempla pagar en estos casos. Renfe recordó que los viajeros tienen derecho a la devolución íntegra del billete puesto que el trayecto superó los 90 minutos de retraso. Para solicitarla hay varias semanas de plazo, siempre y cuando se conserve una copia del pasaje.

Con esta rotura, el tren de Algeciras a Madrid ha sufrido al menos cuatro incidencias durante el mes de agosto. Los días 14 y 15 se produjeron sendas averías que provocaron retrasos a dos trenes y un tercero no salió por falta de material (tractoras y vagones) para componer el convoy. Al día siguiente, el 16, otra avería volvió a retrasar la llegada de más de un centenar de personas.