Un pañolón, unos esponsales y la campana del Gobierno Militar

Historias de Algeciras| Sexenio Democrático

En el último mes de 1869 se introdujeron por registro en las Cortes 17.000 firmas que solicitaban el trono para Espartero

El 29 de septiembre de 1868 se declararán libres los hijos de los esclavos nacidos en Cuba después del 29 de septiembre de 1868

Ataques a la mujer del presidente y forajidos en Algeciras

Trinidad Ramírez y Diego Cano tenían un establecimiento en la calle Alfonso XI o Imperial.
Trinidad Ramírez y Diego Cano tenían un establecimiento en la calle Alfonso XI o Imperial. / E. S.
Manuel Tapia Ledesma

16 de junio 2024 - 02:00

También y por aquellos días de enajenaciones, secuestros y crisis diplomáticas se produce el fallecimiento de: "Dña. Trinidad Ramírez y Rodríguez, de 74 años, casada con Diego Cano Ledesma, con quién contrajo matrimonio en la Iglesia Parroquial de esta ciudad en 1828; siendo ambos vecinos de Algeciras; hija de José Ramírez y Juana Rodríguez [...] quién para su sepultura declaró su condición de hermana de la cofradía del Rosario y Ánimas. Hijos: Antonio, José y Miguel, todos fallecidos. Al matrimonio -sigue expresando- aportó Diego 16.000 r. y yo 1.000 r. En el momento del fallecimiento poseía el matrimonio: Dos patios de vecindad en la calle Munición; tres casas en calles Gloria y Montereros; Una tienda de comestibles en la casa que ocupamos en calle Ymperial y los muebles y ropas de casa [...] lega a Carmen Servilla 320 reales, dos vestidos de diario y el de calle negro y un pañolón negro [...] A mi ahijada María Durán 320 reales [...] lego el cuadro de San José al Presbítero Don Manuel Durán [...] A mi sobrina Rosalía Chapolí Ramírez, mi vestido bueno de brillantina, mi mantilla de raso, un pañolón de Manila y dos de baré [...]. Una vez fallecido el marido, todo los bienes pasaron a Fernando González Ramírez (sobrino), Manuel Durán, Rosa Chapolí y María García Rosado".

Al mismo tiempo que en tan privado ámbito el cuadro de San José, el vestido “bueno” de brillantina, junto con la mantilla de raso o el filipino pañolón cambian de mano, en la gestión del Estado que seguía estando en las mismas manos se abordó la también legitimación del trono español, pronunciándose en tan florido mes el propio Guillermo I en referencia al candidato y príncipe Hohenzollern y la posible reacción del Ejército español: "Difícilmente puede esperarse un apoyo digno de confianza de unos soldados que han hecho todas las revoluciones posibles en los últimos cuarenta años años. Al mismo tiempo que el poderoso káiser expresaba tales recelos no faltos de motivos, dado que en los cuarteles hispanos no se contemplaba con malos ojos la candidatura del general Espartero. A diferencia del cuñadísimo Montpensier, siempre envuelto en la polémica, el llamado por Prim “Pacificador de España”, ni promovía ni financiaba tal postulado. En apoyo de esta castiza candidatura, en el último mes del pasado año (1869), se introdujeron por el registro en las Cortes 17.000 firmas que solicitaban el trono para Espartero; petición aquella que se fue sucediendo los siguientes meses y venidas desde diferentes puntos del país en apoyo del Príncipe de Vergara (además de: duque de la Victoria, duque de Morella, conde de Luchana y vizconde de Banderas). Espartero, don Baldomero, viéndose abrumado ante el deseo de no pocos españoles en verlo coronado, respondió de modo objetivo y sin dejar espacio a la duda: No me es posible admitir tan elevado cargo por razones de edad y salud".

Mientras el veterano militar decidía con aplastante lógica no renunciar a su merecido retiro, incluidos gongoristas días de mantequilla y pan tierno en riojanas tierras, a cambio del gobierno del mundo y sus monarquías. También en nuestra ciudad, con privado y también lógico criterio, procedió: "Dña. Josefa Lombardero Fernández, natural de Pontenova (Oviedo) y vecina de Algeciras, mayor de ochenta años, hija de Don Antonio y Dña. María, difuntos, quién hallándome gravemente enferma [...] Encomiendo mi alma á Dios y mando que mi cadáver se sepulte con entierro de la Cofradía del Rosario á que pertenezco aplicándose además á por mi alma las misas y sufragios que mi hija tuviere por conveniente. Declarando además, que: Estuvo casada en primeras nupcias con don Ángel Marcheli de quién soy viuda, teniendo por mi única y legítima hija á Dña. Ángela Marcheli Lombardero. Su domicilio, prosigue: Se encuentra en la calle Ancha de esta ciudad; siendo también de mi propiedad mis ropas y muebles de la casa. Actuaron como testigos, sus vecinos: Antonio Gutiérrez Gayón; Francisco Mateos y Ángel Martínez Basso, padre este último del gran violinista local Regino Martínez Basso, quién contaba por entonces con 25 años. La vivienda que la difunta Sra. Lombardero, viuda de Marcheli legaba a su hija contaba, entre otros vecinos con Antonio Meulener y Francisca Blanco dando la parte trasera a la que fuera antigua casa-ayuntamiento de esta Ciudad".

Campana fundida en los talleres Haynes, ubicada en el antiguo Gobierno Militar.
Campana fundida en los talleres Haynes, ubicada en el antiguo Gobierno Militar. / E. S.

Sin abandonar el contexto local privado, y fruto de la grave crisis económica que asolaba al país, el molinero afincado en nuestra ciudad Francisco González Varea, asistió á su legítima esposa, Dña. Micaela Ramos Castaños, para que: "Siendo dueña en propiedad de casa de piso bajo, situada en la calle Nueva ó sea del Matadero, de esta Ciudad número 59 con doce metros de fondo y nueve de frente; linda por derecha con casa de los herederos de Campillo; por su izquierda con Casa de Juana Clavijo y por su espalda con la de D. Fermín García; dando su frente al Poniente; tiene un pequeño patio y lugar escusado; siendo su valor 400 escudos. Otra casa en dicha calle Nueva, número 66; lindando por su derecha con casa de María Cano; por su izquierda con la de D. Antonio Rodríguez Cabañas; y por su espalda con la de Dña. Juliana García; dando su frente al Levante; mide 5 m de fachada; y unos 5 de fondo, su valor 300 escudos. Estas viviendas fueron adquiridas por su propietaria por compra que hizo a Dña. Josefa Castaños en 18 de Noviembre de 1858...Y necesitando ésta algún efectivo para el negocio que lleva en esta población y para el pago de algunas deudas contraídas antes de su matrimonio con el González; así como para el reparo y conservación de sus fincas, á acudido a D. Francisco Cañizares y Socia para facilitarle en préstamo la cantidad de 200 escudos en efectivo; ó sean 2.000 reales de vellón en monedas de oro y plata [...] al interés de 24 reales mensuales que satisfará la deudora al fin de cada mes vencido, mientras no devuelva el Capital de este préstamo [...] y si faltare a l pago de tres mensualidades seguidas, podrá el acreedor nombrar un administrador que se encargue del cobro de los alquileres que produzcan las fincas [...] Constituyendo la deudora hipoteca voluntaria sobre las fincas descritas".

También y en nuestra zona, además de las malas nuevas para el pequeño y humilde tejido empresarial, ocurrían otros hechos más alegres pero no carentes de los obstáculos propios del momento político y social: "D. Tomás Juan Haynes, soltero y mayor de 25 años, su profesión fabricante y habitante de Gibraltar, dice: Que tiene concertado con Dña. Amalia Larsé y Gómez, también soltera e hija de D. Salvador Larsé Blunestein; y no pudiendo concurrir á dicho acto, por tener que de ausentarse de dicha plaza de Gibraltar donde debe de realizarse; para que por su ausencia no deje de llevarse á efecto, dá y confiere poder especial y tan bastante como se requiera y sea necesario á D. José V. Vink del mismo Gibraltar para que en su nombre y representando á su propia persona se despose por palabras de presente, quien constituya verdadero y legítimo matrimonio, con la citada Dña. Amalia Larsé Gómez, y si esta lo recibe por su esposo y marido, la reciba por su esposa y mujer; pues desde ahora la quiere y la admite por tal y aprueba y ratifica el matrimonio que se celebrará, el cual tenga la misma validación que si lo fuera por sí propio, pues o hace de su espontánea voluntad y dejando obligado á ello su persona y bienes. Como reconocidos industriales, la familia Haynes, dejaba la impronta de su actividad en las más importantes ciudades de la provincia tal como aconteció: Visto el acuerdo celebrado por el Ayuntamtº del Puerto de Santa María admitiendo las proposiciones hechas por los Sres. D. Tomás Haynes y D. José Sánchez para construir los respaldos de asientos y verjas de hierro para el paseo del Vergel de dicha ciudad, á causa de no haber habido licitadores en la subasta y considerando que la proposición del Sr. Haynes se concreta á solo la entrega de los respaldos y la del Sr. Sánchez á la de la verja; pero sin concluir el costo de colocación de aquellos y de esta que parece son de poca importancia. Recordemos que aún existe en la ciudad de Algeciras una muestra del buen hacer industrial de esta familia, siendo en sus talleres -posiblemente y por cercanías los instalados en Gibraltar- donde fue fundida la campana que aún se encuentra -o se encontraba- instalada en el antiguo edificio del Gobierno Militar. (TAPIA LEDESMA, M. El Centenario del puerto de Algeciras 1913-2013. Páginas 73 y 133. Ed. ImagenTa 2013)".

Uno de los trabajos en la provincia para la empresa Haynes (1870).
Uno de los trabajos en la provincia para la empresa Haynes (1870). / E. S.

Y mientras el joven e industrial Tomás Juan Haynes, sacrifica el día de su boda por atender a sus muchas ocupaciones, también en aquellos días de renuncias el gobierno hace lo propio, cuando presenta de la mano de Moret y ante las Cortes dos proyectos de ley -sacrificando con ello el apoyo económico y político de la clase dirigente, también llamada sacarocracia o industriales de la caña de azúcar-, por los que se declararán libres los hijos de los esclavos nacidos en Cuba después del 29 de septiembre de 1868, y a todo aquel esclavo que sirva en el Ejército español; además de abolir la total esclavitud en la isla de Puerto Rico.

Al mismo tiempo que se dan grandes pasos para la vergonzante y aún vigente e interesada esclavitud en Cuba -pasos que costaron la carrera política del demócrata y antiesclavista Manuel Becerra, ministro entonces de Ultramar y chivo expiatorio sacrificado por Prim a las presiones del aristocrático y conservador partido español de las Antillas-, en nuestra ciudad: "el cartagenero Juan Segarra Valanza, soldado del 2º Batallón, 1ª Compañía de Mallorca, manifiesta en público documento que para afianzar perpetua y honestamente el amor que profesa hacia María Corbacho Feliche [...] de 17 años y natural y vecina de Algeciras, dedicada a las labores de su sexo y asistida de su legitima madre, Carlota Feliche y Medinilla, viuda de Juan Corbacho, han deliberado contraer matrimonio; y por graves inconvenientes que les impide efectuarlo desde luego, quieren ligarse con los esponsales de futuro, á fin de que ninguno se pueda separar y poniéndolo en ejecución en la mejor vía y forma que haya lugar [...] prometen y se dan espontáneamente su fé y palabra de Casarse, que constituyen obligación de contraer legítimo, cristiano y verdadero matrimonio según disposición del Santo Concilio de Trento, tan luego como desaparezcan las causas que lo impiden; y ninguno contraerá directa o indirectamente esponsales con persona alguna, sin que proceda licencia y consentimiento del otro contrayente y por escrito...".

El industrial Tomás Haynes se casó por poderes (1870).
El industrial Tomás Haynes se casó por poderes (1870). / E. S.

Desgraciadamente para este futuro matrimonio “los graves inconvenientes que les impiden efectuarlo”, quizá sean los mismos -por la profesión del futuro esposo-, que tiene la nación para desarrollar su proyecto de Estado; llámense, entre otros, la situación de Ultramar, el incansable hostigamiento carlista en el norte o la violenta oposición en el sur. Sea como fuere no deja de ser un ejemplo de -parafraseando doblemente a García Márquez- “amor en tiempos del Sexenio en aquella macondiana España”.

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