Al sur del Sur
Una candidatura 100x100 gaditana
Tribunales
El juzgado de Instrucción de Sanlúcar de Barrameda ha resuelto citar como investigados por un posible delito de homicidio imprudente a los dos guardias civiles que el pasado 31 de enero viajaban a bordo de la patrullera Río Águeda cuando esta chocó contra una narcolancha en la desembocadura del Guadalquivir, causando la muerte de uno de sus tripulantes.
El fallecido era Marcos, de 46 años, nacido en La Línea de la Concepción y amigo íntimo de otro linense, Francisco Javier M.P., conocido como Kiko El Cabra, el presunto piloto de la goma acusado de los asesinatos de dos guardias civiles en Barbate a comienzos de febrero, y uno de los amos del tráfico de hachís en el Estrecho de Gibraltar.
Marcos dejó mujer y un hijo de dos años y, al igual que El Cabra, contaba con un amplio historial delictivo de tráfico de drogas, contrabando y pertenencia a organización criminal.
La Fiscalía Antidroga ha recurrido y ha pedido la suspensión de la declaración de los agentes con el fin de dejar en stand-by la comparecencia, prevista para mayo, hasta que se incorpore a la causa el informe pericial de los técnicos que determinará cómo se produjo el siniestro.
"Creo que ha sido una represalia de los narcos, porque hace unos días había muerto uno de ellos en un accidente en el río Guadalquivir. Iban contra la Guardia Civil, da igual quienes fueran los agentes", declaró en televisión Francisca María Gómez, la madre del agente gaditano Miguel Ángel González, asesinado en Barbate el 8 de febrero presuntamente por Kiko El Cabra que, de este modo, tal vez, vengó la pérdida de su amigo Marcos.
Los hechos, ahora investigados, se desencadenaron cuando los agentes que manejaban la Río Águeda localizaron una narcolancha de unos 12 metros de eslora detenida al pairo, sin que aparentemente hubiera nadie en ella, en las cercanías de Sanlúcar de Barrameda. La patrullera se acercó y, cuando se posicionó a su misma altura, los cuatro ocupantes, que se encontraban tumbados en la semirrígida, al darse cuenta de la presencia de los agentes, arrancaron para tratar de huir.
En lugar de dirigirse hacia el lado por el que querían escapar, de manera accidental, la embarcación de los narcos se desplazó hacia el lado opuesto, es decir, donde estaba la Guardia Civil, colisionando contra la Río Águeda. El linense Marcos resultó herido de gravedad en el impacto, con lesiones en el hígado, los riñones y una hemorragia cerebral. Fue trasladado primero a Chipiona, luego a Sanlúcar, en cuyo hospital fue intervenido y, finalmente, al hospital Puerta del Mar de Cádiz, donde murió a las 18:30 ese mismo 31 de enero.
Los otros tres ocupantes de la narcolancha, en la que se encontraron 90 garrafas de 25 litros de gasolina -de las que habitualmente se usan para la labores de petaqueo- fueron detenidos.
La familia del linense fallecido presentó una denuncia contra la Guardia Civil por homicidio imprudente, al argumentar una versión contraria al defender que los cuatro tripulantes estaban descansando y dormidos en la lancha hasta que despertaron como consecuencia de la colisión de la embarcación de la Benemérita y acusan a los agentes de haberles embestido. Esta denuncia es la que ha provocado la citación como investigados de los dos guardias civiles.
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