Juan Dávila convierte Las Palomas en una carcajada continua a cuenta de los pecados capitales

El showman y monologuista llena en el primero de los dos pases en Algeciras con su espectáculo irreverente y canalla

Juan Dávila, en Algeciras.
Juan Dávila, en Algeciras. / Erasmo Fenoy

El show más canalla y gamberro ha desembarcado este sábado en Algeciras. El humorista Juan Dávila ha llenado el coso de Las Palomas en el primero de los dos pases (este domingo repite) de su espectáculo El palacio del pecado, la evolución de su anterior propuesta, La capital del pecado, con la que logró forjarse un nombre en el selecto elenco de los monologuistas de élite de nuestro país.

Nadie sabe cómo empieza ni termina una sesión de El palacio del pecado, dado que el cómico recurre tanto al stand-up (actúa solo en el escenario interpelando al público) como a la cada vez más recurrente técnica de subir a parte de los asistentes al espectáculo al escenario para que cuenten su historia. Dávila genera así cada vez una nueva obra teatral que acaba siendo una coral con la complicidad del público que, en este caso, se "desnuda" (metafóricamente hablando) al hablar de sus pecados capitales. La mayoría de las veces con resultado impredecible y con carcajadas como telón de fondo.

Las entradas para el espectáculo doble en Algeciras salieron a la venta en enero y se acabaron en apenas cinco minutos. Tanto es el éxito de este actor que tiene colgado el cartel de "todo vendido" en los 50 pases que tiene programados por todo el país de aquí a julio de 2026.

El coso de Las Palomas, al completo.
El coso de Las Palomas, al completo. / Erasmo Fenoy

Este reconocido actor y comediante es famoso por su estilo humorístico que combina improvisación e interacción con el público. A lo largo de su carrera, ha participado en diversas series de televisión como Las chicas del cable, Acacias 38 y El incidente, además de obras de teatro y películas como "La voz dormida".

Además de su faceta artística, Dávila ha tenido una trayectoria profesional diversa. Antes de dedicarse plenamente a la comedia, trabajó como agente de Policía Local en Alcobendas (Madrid), experiencia que le permitió valorar las pequeñas cosas y comprender la realidad de los dramas fuera del escenario. También estudió fisioterapia y se formó como actor en la escuela de Juan Carlos Corazza.

Dávila es apreciado por su capacidad para hacer reír a la gente de sus propias desgracias, considerándose a sí mismo un "cómico del pueblo". Su humor inclusivo y su habilidad para conectar con el público le han consolidado como una figura destacada en la comedia española contemporánea.

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