Instituto de Estudios Campogibraltareños
El ferrocarril frustrado de Málaga a Algeciras (y II)
Investigación
Hace 60 años, en 1963, el escritor argentino Julio Cortázar publicó Rayuela, una de sus más reconocidas obras y en la que ofrecía al lector una historia que cambiaba en función de las decisiones tomadas. Con esta premisa nació el proyecto homónimo de la Universidad Pontificia Comillas para ayudar a los más pequeños en la prevención de delitos a través de Internet y cuyo director es Gregorio López, nacido en Algeciras.
Después de estudiar en el colegio Juan Sebastián Elcano y el IES Saladillo, López se marchó con solo 17 años a Madrid a estudiar Ingeniería de Telecomunicaciones en la Universidad Carlos III, donde también obtuvo el doctorado. Tras un paso por la Politécnica, se unió en 2019 a la ICAI de la Universidad Pontificia Comillas, desde donde dirige este proyecto con un significado muy especial para él.
Rayuela tiene su germen en las horas que este algecireño pasa trabajando, en las que echa de menos a sus hijos. "Pensé que parte del tiempo podía dedicarlo a algo que le viniese bien a mis hijos para compensar el que no paso con ellos", relata López a Europa Sur.
Después de un primer acercamiento con algunos trabajos de final de Grado en los que plantearon un juego estilo trivial sobre seguridad en línea, López y su equipo encontraron una convocatoria de fondos europeos sobre ciberseguridad y menores que se adaptaba a lo que necesitaban, conformando un equipo de alcance continental, con 17 socios en nueve países que comenzó a trabajar en octubre de 2020. "En el proceso la idea cambió mucho y tuvimos que adaptarla a lo que se pedía en los requisitos", concreta el profesor en ICAI, donde también coordina el máster de ciberseguridad.
El proyecto consiste en un juego interactivo enfocado a menores donde forman parte del Club de los guardianes, una sociedad secreta que ayuda a personas con problemas en línea. "Por asuntos éticos, el jugador nunca va a experimentar los problemas en primera persona, uno de nuestros socios se encarga de este aspecto y nos indicó", apunta López. A partir de ahí, comienza un ciclo de seis ciberaventuras donde se implican en casos inspirados en las principales problemáticas a las que se pueden enfrentar en Internet: ciberacoso (cyberbullying), trata de personas, acoso sexual (online grooming), estafas (phishing) y desinformación (fake news).
El juego permite conocer mejor cómo influyen los aspectos humanos y tecnológicos en ciertos ciberdelitos especialmente relevantes entre los menores, mientras que los pequeños se enfrentan a diversos escenarios, ayudando a las personas que sufren estas lacras e identificando el camino para solucionar las situaciones planteadas. Al principio tienen la posibilidad de personalizar su avatar, con el que se moverán por el juego, interactuando con los personajes. Una vez completan una ciberaventura, pueden pasar a la siguiente, observando si han superado todos los objetivos de cada nivel.
El objetivo de Rayuela es llegar de una manera más amena y efectiva a los menores a través de las sesiones de prevención desarrolladas por las fuerzas y cuerpos de seguridad de los diferentes países, en contrapunto a las tradicionales presentaciones, que resultan más tediosas para los pequeños. "Poder experimentar ellos mismos con el juego y luego hacer un debate funciona mucho mejor", concreta el algecireño. Otra de las metas paralelas es la identificación de factores de riesgo, uno de los motivos que hicieron aún más complicado para el equipo el diseño del juego.
Desde la Universidad Comillas, liderados por López, diseñaron el guion de las ciberaventuras que tiene que superar el jugador. Otro de los socios, Tecnalia -uno de los principales centros de investigación en Europa-, ha sido el encargado de su desarrollo. A estos hay que sumar el mencionado miembro encargado de los aspectos éticos, además de otros para los legales, analítica de datos, educadores y la imprescindible participación de varios cuerpos de seguridad de Irlanda del Norte, Portugal, España o Estonia -requisito sine qua non de la convocatoria-; entre otros participantes.
Precisamente los cuerpos de policía que colaboran en el proyecto, junto a otros socios como un colegio alemán de Grecia y a las iniciativas desarrolladas por el propio equipo de Rayuela, han sido los encargados de organizar diversas pruebas piloto con un total de 1.600 niños por toda Europa. Estas resultan clave en una investigación de este tipo, permitiendo conocer de primera mano el impacto en los menores y estudiar detalladamente su respuesta al juego. "Hemos recopilado muchos datos y los seguiremos analizando, un alcance así en un proyecto de investigación no es tan común", destaca orgulloso el algecireño.
El final del proyecto llega en septiembre, cuando acaban los tres años de la convocatoria, después de arrancar en octubre de 2020. Ya en la fase definitiva, el equipo de Rayuela se encuentra inmerso en el análisis de los datos recopilados en los ensayos realizados en varios países y registrando el videojuego para que sea accesible a través del repositorio de la web de Europol, la policía europea, disponible para todas las fuerzas y cuerpos de seguridad que deseen acceder.
Como momento culmen del proyecto, el próximo 27 de septiembre tendrá lugar en Zagreb, Croacia, un evento final con charlas sobre ciberseguridad y varias sesiones analizando los resultados de Rayuela y explicando su desarrollo y diseño, además de debatir sobre sus posibles beneficios.
Para Gregorio López, ser coordinador de un proyecto europeo ha sido una experiencia enriquecedora, aunque también agotadora, al tiempo que la ha compaginado con labor docente en Comillas. Pese a todo, como buen investigador, tener un tiempo sabático no es algo que entre en sus planes. Tanto es así, que ya tiene un próximo proyecto esperándole que le permitirá profundizar y continuar la misma línea que ha desarrollado en los últimos tres años. "Me vendría bien un descanso", concluye entre risas.
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