Algeciras revisará por 40.000 euros su mapa estratégico de ruidos para identificar y combatir la contaminación acústica

El Ayuntamiento adjudica la actualización del documento mientras la mayor parte de las zonas conflictivas de 2020 aún esperan soluciones definitivas

El peatón ganará espacio al coche en el centro de Algeciras

Un deportista corre con el Puerto de Algeciras de fondo.
Un deportista corre con el Puerto de Algeciras de fondo. / Claudio Palma

Algeciras/El alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, ha anunciado este martes que el Ayuntamiento ha iniciado la cuarta fase de revisión y actualización del Mapa Estratégico de Ruido (MER) de la ciudad. La adjudicación de este servicio, aprobada por la mesa de contratación, asciende a 40.051 euros. Este documento, obligatorio según la normativa europea y actualizado cada cinco años, permite medir los niveles de contaminación acústica y diseñar planes de acción para mitigarlos.

Acompañado por Javier Vázquez Hueso, delegado de Medio Ambiente, y Paula Conesa, delegada de Contratación, Landaluce destacó que el mapa utiliza cálculos matemáticos y mediciones de campo para evaluar las afecciones acústicas en cinco fuentes principales: tráfico viario, ferroviario, marítimo, industrial y aeroportuario. "Este trabajo permitirá evaluar la exposición de la población a la contaminación acústica y desarrollar medidas correctoras específicas para cada zona", subrayó.

Sin embargo, la realidad sobre el terreno evidencia que varios problemas detectados en el informe de 2020 permanecen sin resolverse, a pesar de los planes de acción diseñados entonces.

Un retrato sin cambios significativos

En 2020, el mapa estratégico de ruidos, realizado por la empresa Tecnoambiente Sincosur, ya advertía que el 12,17% de la población algecireña sufría niveles de ruido superiores a los recomendados por la noche, mientras que el 5,09% lo hacía durante el día. El principal causante era el tráfico urbano, que afectaba a más de 12.000 personas en horario nocturno, seguido de las carreteras circundantes y, en menor medida, de la actividad industrial del Puerto de Algeciras.

El informe señalaba como "zonas conflictivas" áreas residenciales en el Paseo Marítimo, sometidas al ruido del tráfico y la actividad portuaria. Se recomendaban medidas como el calmado de tráfico o el aislamiento acústico, en colaboración con la Autoridad Portuaria. En otras zonas, como el Secano o Fuerzas Armadas, se propusieron mejoras en la circulación (reducir la velocidad en todo el casco urbano a 30 km/h o potenciar el transporte público), mientras que en puntos concretos de la A-7 se planteaba la instalación de pantallas acústicas o la mejora del pavimento.

El ruido también afectaba a nueve centros educativos y dos sanitarios, con niveles superiores a los recomendados. Destacaban el hospital de Cruz Roja, la residencia Virgen de la Palma y varios colegios e institutos como el IES Kursaal y el CEIP Blanca de los Ríos.

Las zonas de ocio nocturno: un reto pendiente

El estudio de 2020 puso de manifiesto que las zonas de ocio nocturno también superaban con creces los niveles acústicos recomendados. Las mediciones en la calle Trafalgar registraban hasta 70 decibelios durante la noche (para un límite de 55), mientras que la galería de la calle Convento alcanzaba valores similares en la tarde y noche.

Mapa estratégico de ruidos de Algeciras en 2020, con la población afectada durante la noche.
Mapa estratégico de ruidos de Algeciras en 2020, con la población afectada durante la noche.

Se identificaron cinco áreas críticas: Capitán Ontañón, la plaza Marqués de Verboom, la galería de Alfonso XI, la Plaza de Europa y la calle Trafalgar, todas susceptibles de ser declaradas zonas de protección acústica especial. Sin embargo, cinco años después, estas declaraciones no se han materializado, y los vecinos continúan soportando niveles de ruido incompatibles con el descanso.

Los ciudadanos de Algeciras esperan que esta cuarta fase del Mapa Estratégico de Ruido no solo refleje la realidad acústica de la ciudad, sino que también conduzca, esta vez sí, a la implementación de medidas concretas que reduzcan de manera efectiva la contaminación sonora en sus calles, con la puesta en marcha de la primera fase de la Zona de Bajas Emisiones en el horizonte más cercano.

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