Azoteas con acento africano: el escribano sahariano cría por primera vez en Europa y lo hace en Algeciras
Un estudio liderado por la asociación Tumbabuey documenta la reproducción del ave 'Emberiza sahari' en el sur de España, un hito biogeográfico ligado al cambio climático y la expansión urbana
El escribano sahariano, el pájaro que atrae a ornitólogos de media Europa hasta La Bajadilla, en Algeciras
Es pequeño, discreto, y hasta hace poco, estrictamente africano. Pero el escribano sahariano (Emberiza sahari), un ave que hasta hace unas décadas solo se encontraba en el corazón de Marruecos, ha cruzado el Estrecho y ha empezado a criar en el sur de España. Por primera vez en la historia, se confirma su reproducción en Europa: lo ha hecho en Algeciras, una ciudad portuaria donde, entre azoteas y patios interiores, al menos 18 individuos han sido detectados —algunos de ellos juveniles— en un censo realizado en diciembre de 2024 por la asociación andaluza Tumbabuey. El hallazgo, publicado en la revista científica Birds, marca un antes y un después en la biogeografía del continente.
“Se trata de un evento histórico que estamos presenciando casi en directo”, afirma Tumbabuey, colectivo dedicado a la conservación de aves y sus hábitats en Andalucía. “La especie no solo ha llegado: está criando, y lo está haciendo en un entorno urbano muy similar al que ocupa en ciudades como Marrakech o Casablanca”.
Una expansión silenciosa pero constante
Aunque en los últimos años se habían registrado escribanos saharianos aislados en el sur de la península, no fue hasta agosto de 2023 cuando se documentó por primera vez una pareja criando en Algeciras, tal y como avanzó entonces Europa Sur. Poco más de un año después, el estudio revela un mínimo de 18 ejemplares, entre ellos aves con plumaje juvenil aún fresco en pleno diciembre. Esa observación sugiere una temporada de cría extendida, algo poco común en especies locales como el gorrión común (Passer domesticus), y que podría dar al escribano sahariano una ventaja adaptativa clave.
La zona elegida para instalarse no es casual. La mayoría de los avistamientos se concentran en la barriada de La Bajadilla, un vecindario denso de edificios bajos y tejados planos, casi un espejo de sus hábitats marroquíes. El estudio abarca un área de apenas 0,47 kilómetros cuadrados, lo que indica que la población todavía está concentrada en un núcleo reducido pero potencialmente en expansión.
El Estrecho como puente, el puerto como puerta
Los científicos señalan dos factores como claves para entender este fenómeno: la proximidad del Estrecho de Gibraltar —14 kilómetros de mar entre África y Europa— y la intensa conectividad comercial del Puerto de Algeciras, que mantiene enlaces diarios con ciudades del norte de África, como Ceuta y Tánger, donde la especie es común. Aunque no se han hallado pruebas de que los ejemplares hayan sido transportados por humanos ni de que sean aves domesticadas, su llegada podría haber sido favorecida por el constante trasiego de mercancías y personas entre ambas orillas.
“El comportamiento de los individuos observados en Algeciras es idéntico al que muestran en ciudades marroquíes. Se alimentan cerca de los humanos, anidan en estructuras urbanas y aprovechan al máximo los recursos del entorno”, explican desde Tumbabuey.
Clima, ciudad y una nueva ecología urbana
La aparición del escribano sahariano en Europa no es un caso aislado. En las últimas décadas, varias especies africanas han comenzado a expandirse hacia el norte, como el elanio azul (Elanus caeruleus) o el vencejo moro (Apus affinis), coincidiendo con los efectos del cambio climático y el aumento de la aridez en el norte de África.
El estudio advierte que, aunque el escribano sahariano no presenta por ahora un riesgo ecológico, podría interactuar con especies locales como el gorrión común o el escribano montesino (Emberiza cia), lo que merece un seguimiento a largo plazo. En otras especies recién llegadas, como el busardo moro o el buitre de Rüppell, se han detectado casos de competencia o hibridación. En este caso, aún no hay pruebas de ello, pero el potencial está sobre la mesa.
Además, la plasticidad ecológica del escribano sahariano —su capacidad de adaptarse al entorno urbano— parece ser una de las claves de su éxito. “Las ciudades no solo le ofrecen comida y refugio, también reducen el riesgo de depredación y le permiten criar más veces al año”, señala el informe. De hecho, su periodo reproductivo podría abarcar no solo la primavera y el verano, sino también el otoño, lo que aumentaría notablemente su tasa de crecimiento.
¿Qué viene ahora?
Para los investigadores, Algeciras podría convertirse en el epicentro de una futura expansión hacia otras localidades cercanas del Campo de Gibraltar, como Los Barrios, San Roque, La Línea o incluso Gibraltar. “Es un momento excepcional para observar de primera mano cómo una especie coloniza un nuevo continente”, destaca Tumbabuey. “Pero también es una llamada de atención sobre cómo el cambio climático está transformando los equilibrios ecológicos en el sur de Europa”.
El estudio propone reforzar la vigilancia con censos periódicos y el uso de plataformas de ciencia ciudadana, que podrían aportar datos clave sobre la evolución de la población. Porque si algo demuestra este modesto pájaro africano, es que la naturaleza se mueve. Y lo hace cada vez más rápido.
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