Del "efecto llamada" al "efecto huida"

Marlaska avisa en Algeciras de un aumento de la inmigración si no se frena en los países de origen

  • El ministro aboga por colaborar desde la UE con África y destaca la cooperación con Marruecos para desarticular cada día a las mafias

Marlaska visita en Algeciras el dispositivo con motivo de la OPE / JORGE DEL ÁGUILA

El ministro de Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, ha abogado durante una visita al dispositivo de la Operación Paso del Estrecho en Algeciras por aumentar desde la Unión Europea la colaboración con los países de origen de las personas que cruzan cada día el Estrecho en pateras o existe el riesgo de que el número se multiplique en los próximos años hasta cifras imposibles de asumir. "La inmigración es un reto y ha venido para quedarse. Tenemos que ir a la raíz. Un continente como África que va a duplicar su población para el 2050, que para el 2030 va a pasar de mil trescientos millones de personas a mil ochocientos, con rentas per cápita veinte veces inferiores a las europeas, no va a suponer un efecto llamada, lo que va a haber es efecto huida", ha advertido.

España se ha posicionado en contra de un plazo mínimo de internamiento que significaría endurecer la retención de los migrantes. "Lo que planteamos en primer lugar es que es un trabajo encaminado a que la inmigración sea segura y ordenada. Es una lucha que debe surgir de una política común de la UE en colaboración con los países de origen y tránsito. En segundo lugar hay que actuar contra las mafias que trafican con los inmigrantes y los someten a condiciones de esclavitud. Lo estamos haciendo de una forma efectiva. Estamos trabajando y cooperando con Marruecos y se están desarticulando allí diría casi a diario redes de tráfico de inmigrantes. Muchas veces se olvida que son los que someten a condiciones realmente atentatorias de la dignidad a estas personas y las ponen en riesgo real cada día, como vemos cuando tratan de cruzar el Estrecho o el Mar de Alborán en condiciones absolutamente imposibles para su seguridad", ha explicado el ministro.

"Los plazos no son ni en tres meses, ni en cuatro ni en cinco. Cuando los inmigrantes son internados tienen que serlo cuando haya una creencia razonable de que va a ser posible su retorno, es decir, que se materialice la expulsión. Hay que recordar que no han cometido ningún delito. No hay que tener un internamiento indefinido. No vamos a internar a una persona si en su país de origen no lo reconocen como nacional. Muchas veces ocurre esto. Tenemos que cooperar con los países de origen para crear las condiciones óptimas para que las personas no tengan que abandonar los lugares donde han nacido y que el quiera trasladarse a otro país lo haga perfectamente", ha subrayado.

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