Al sur del sur

Javier Chaparro

jchaparro@grupojoly.com

El deterioro de la sanidad pública

La crisis ha dejado sus huellas en el sistema sanitario, referente durante mucho tiempo

En nuestra edición de hoy presentamos una amplia radiografía sobre la situación de la sanidad pública andaluza que arroja como resultado un panorama de claroscuros, mezcla de los avances logrados en tiempos pasados y que aún se mantienen y de los ajustes de la última década, derivados del recorte de la financiación del sistema sanitario público español. A la luz quedan las carencias a las que tanto los pacientes como los trabajadores del sector ponen voz, con ejemplos cotidianos, así como un reguero de proyectos en espera entre los que destaca la apertura del nuevo hospital de La Línea.

El Estudio General de Opinión Pública de Andalucía (Egopa) publicado esta semana ha puesto cifras al creciente descontento generado por el deterioro de un sistema sanitario que durante mucho tiempo ha sido referente por la cualificación de sus profesionales, la amplitud de su cartera de servicios, la modernidad de su equipamiento y la extensión de su red, con numerosos centros de salud y hospitales por todo el territorio. La crisis, sin embargo, ha dejado sus dolorosas huellas: listas de espera de muchos meses, retraso en la construcción de nuevos hospitales, merma de las plantillas de personal, desaparición de servicios como consecuencia de las polémicas fusiones hospitalarias y el colapso de las Urgencias en determinados centros y épocas son denominadores comunes en toda Andalucía.

Cuando a los encuestados con ocasión del Egopa se les pregunta por el primer problema de Andalucía señalan sin lugar a dudas al paro, pero a renglón seguido un tercio de ellos apunta directamente hacia la sanidad. Y otros tantos hacia la educación. Las protestas multitudinarias celebradas hace ahora una semana en varias capitales de provincia son el reflejo de ese malestar, por más que algunos responsables del manejo de la cosa pública las hayan pretendido ningunear bajo el argumento de que los manifestantes tan solo obedecían a intereses partidistas o relacionados con el sector sanitario privado. Nada más lejos de la realidad, aunque los desconfiados y escépticos deberían preguntarse qué sería hoy de la sanidad andaluza de no existir los conciertos del SAS con clínicas privadas o sin las mutuas y seguros privados, cuya proliferación coincide con la caída de los recursos destinados al sistema público.

El discurso de aquella Andalucía imparable de los 90, defensora de las políticas sociales, ariete frente a los recortes, avanzadilla en materia educativa y sanitaria, ha quedado desgastado a fuerza de tropezarse una y otra vez con la realidad. El mismo sondeo, atentos, indica que la opinión de los andaluces respecto a la actuación de los gobiernos andaluz y español ha empeorado en diez puntos solo en el último año. No basta con la política de escaparate.

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