Al sur del sur

Javier Chaparro

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Acerinox: huelga o paz social

Germen y motor durante años de un grupo empresarial que mantiene sus señas de identidad españolas, la factoría de Los Barrios afronta un delicado momento tras 27 días de huelga

Un operario, en la planta de laminación en caliente de Acerinox, en Los Barrios.

Un operario, en la planta de laminación en caliente de Acerinox, en Los Barrios. / Erasmo Fenoy

El próximo miércoles, la dirección de Acerinox y los representantes de los trabajadores han sido citados por el Consejo Andaluz de Relaciones Laborales para intentar aproximar las posiciones de ambas partes, enfrentadas desde hace casi un año por el nuevo convenio colectivo. Con una vigencia inicial de cuatro años, el documento debe servir para mantener durante ese periodo la paz social y hacer posible los planes de la compañía.

En juego hay muchísimo: el futuro de una de las empresas con más relevancia en España -la única andaluza, junto con Unicaja, que cotiza en el Ibex 35- y de los 1.800 trabajadores bajo nómina de la factoría del polígono de Palmones, a quienes hay que sumar unos 500 de las contratas vinculadas de forma permanente a la acerera y varias decenas de otras empresas, dedicadas a tareas eventuales. Hay también que contar con los miles de empleos inducidos por Acerinox en el Campo de Gibraltar, por el gasto en bienes y servicios que ese enorme colectivo de trabajadores realiza en tiendas, supermercados, bares, restaurantes, talleres, etc.

Desde que en 2014 fijó felizmente su domicilio social en el municipio de Los Barrios, Acerinox Europa aporta anualmente en torno al 5% del PIB industrial de la comunidad autónoma, siendo, además, la principal empresa demandante de energía en Andalucía y la segunda exportadora. La planta barreña fue, además, el germen y el motor durante años de un grupo que mantiene sus señas de identidad españolas y que, medio siglo después de su fundación, cuenta con plantas tremendamente competitivas en EEUU y Alemania, amén de otras dos en Sudáfrica y Malasia, que no lo son tanto.

La importancia estratégica de la empresa obliga al entendimiento de las dos partes, por más que las posiciones de partida parezcan imposibles de conciliar. La multitudinaria manifestación vivida el pasado jueves en las calles de Algeciras demuestra que las demandas puestas sobre la mesa por el comité son secundadas de forma muy mayoritaria por la plantilla. También lo demuestra el amplio seguimiento de la huelga iniciada hace 27 días, pese a que al principio solo fue convocada por uno de los cuatro sindicatos, ATA, con presencia en el comité, donde también figuran CCOO, UGT y USO.

Las pérdidas generadas por Acerinox Europa en los últimos ejercicios obliga a la empresa y a los representantes de los trabajadores a tomar conciencia de la posición de la otra parte

Los costes de las materias primas representan entre el 70 y el 75% en la columna de gastos de Acerinox, en tanto que el 25-30% restante se reparte principalmente entre los salarios (su peso oscila entre un 7 y un 9%) y la factura eléctrica (con un porcentaje similar a las nóminas, aunque su fluctuación es mayor). Por tanto, sería un error deslizar el mensaje de que la viabilidad y el futuro de la compañía barreña depende únicamente de la voluntad de los trabajadores; se trata justamente de lo contrario, de lograr su complicidad haciéndoles partícipes de los planes de futuro de la planta, “la mejor en la producción de acero inoxidable de toda Europa”, según se expuso el pasado día 1 durante la presentación en Madrid de los resultados de 2023.

En ese sentido, la dirección de la empresa ha dado un paso adelante al anunciar su voluntad de incrementar hasta en 700 euros anuales la actual prima de productividad, una señal de su voluntad de lograr que el aumento de los ingresos redunde directamente en los sueldos de la plantilla. Reclama también la compañía mayor flexibilidad y movilidad laboral interna para poder aprovechar los recursos humanos existentes, una petición cargada de lógica y que es una práctica habitual en firmas de la competencia y de otros sectores productivos: en un mundo cambiante, es impensable (e imposible) que un trabajador desempeñe sólo un número limitado de operaciones en el tiempo. Estas son prácticas que, de hecho, ya se vienen haciendo en la planta barreña, operativa las 24 horas del día. Para ir a más se puede y debe hablar de fórmulas para lograrlo, de incentivos, de ascensos, de formación y de otros muchos aspectos.

Las pérdidas generadas por Acerinox Europa en los últimos ejercicios obliga a la empresa y a los representantes de los trabajadores a tomar conciencia de la posición de la otra parte y a iniciar el diálogo de inmediato. El día 6 tendrán una magnífica oportunidad para dar los primeros pasos y poder poner, al menos, un punto y aparte en una huelga con la que nadie gana nada.

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