Tierra de palabras

Paola / Tobalina

La ciudadanía advierte...

19 de octubre 2013 - 01:00

LAS autoridades advierten: fumar perjudica gravemente su salud y la de los que le rodean. Y oye, llega el día sin tabaco y fumas con cierto remordimiento; como si la conciencia te alertara del peligro que corres si sigues haciéndolo hasta poner pie en pared y plantearte seriamente dejar de hacerlo. Otro asunto es que lo consigas. Porque, como en todo, una cosa es poder y otra querer.

Llega el día de la conmemoración del cáncer de mama, de páncreas, de útero, de próstata, de piel, de pulmón… y como atañe a la salud, igual que el tabaco, pues no puedes evitar enumerar los factores de riesgos y te das cuenta de lo cerca que está el peligro. Intentas llevar una vida sana aun sabiendo que hay aspectos con los que uno no puede luchar, háblese, por ejemplo, de todas las atrocidades medioambientales que padecemos en este cinturón tan castigado que nos baña.

Celebramos el día del sida que te recuerda que el avance más grande, por ahora, lo debes llevar a cabo tú con la prevención. En el día del libro te compras uno y desconectas; el día del niño te dedicas una sonrisa…

El jueves fue el Día Internacional de la "Erradicación" de la Pobreza; jornada que nos refresca que existen tres millones de personas que padecen pobreza severa en España, es decir, que viven con 300 euros al mes. Y esta vez pasó haciendo más daño que otros años. Porque aunque en un principio parezca imposible, estando todo como está, tú y yo giramos en el bombo; como con la enfermedad, ya todo es cuestión del destino. Hay que estar ahí para saberlo.

Lo mismo que en las cajetillas de tabaco, debería existir también alguna fórmula diaria en la que el ciudadano advierta a las autoridades. Un aviso en los billetes de curso legal, sobre todo en los de quinientos, que advirtiese de lo perjudicial que resulta derrochar y en el que quedase claro que está prohibido robarle al contribuyente. Esto sería necesario como prevención mientras los comedores sociales estén abarrotados de gente con hambre, atendida por una cadena humanitaria que nace de la diaria solidaridad de la propia calle, y que poco importa a los que en los restaurantes de postín eligen el menú y después van allí, con la barriga llena, a hacerse la foto.

Otra cosa importante que debería advertirse en los billetes: QUE LA RIQUEZA NO TE EMPOBREZCA.

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