Félix Álvarez fundó en 2000 el Grupo por la Igualdad de Derechos de Gibraltar (GGR). Tras un tiempo fuera de la ejecutiva vuelve a ser el presidente de esta asociación que lucha por los derechos no sólo del colectivo GLTB sino también de otros. Tras once años de gobierno socialdemócrata en los que apenas hubo avances, el GGR se prepara para una nueva etapa que espera otorgue la igualdad de forma progresiva a gays, lesbianas, bisexuales y transexuales.

-¿Por qué decidió dejar la ejecutiva un tiempo y luego regresar?

-Bueno, estábamos en un momento de cambio y pendiente de una convocatoria de elecciones. Yo pensé que lo mejor era retirarse del escenario y ver cómo evolucionaban los acontecimientos. Después me pidieron que volviera, pero yo puse varias condiciones, entre ellas que había que renovar y modernizar nuestra visión de las cosas y también la ejecutiva, que estaba muy estancada. Mis condiciones fueron aceptadas y regresé. La nueva ejecutiva vive un buen momento, pues estamos recogiendo la cosecha de muchos años de trabajo.

-Usted empezó solo en este camino...

-Así es, con mucho trabajo, sacrificio e inversión de tiempo. Pero ese era mi destino. Decidí no huir e intentar salir adelante desde el positivismo. Yo creo en las posibilidades y no en las metas inalcanzables. Hoy no estoy solo -el GGR lo integran unas 500 personas de todas las edades- porque la generación que ha crecido entre los años 2000 y 2012 lo ha hecho en un ambiente de mayor libertad. Ha sido duro pero ha merecido la pena.

-El grupo al que usted representa espera importantes avances en 2013.

-Sí. Por fin se va a legislar la unión civil entre personas del mismo sexo y se van a penalizar la agresión y la violencia homofóbica, también los insultos. Otro avance importante es que se van a introducir enmiendas a la ley de Gibraltar para evitar la discriminación en la prestación de servicios. El objetivo es que, por citar un ejemplo, una persona no pueda ser discriminada en la admisión a un hotel por su orientación sexual, pero tampoco por sufrir algún tipo de discapacidad o ser de otro color. Lo cierto es que desde la llegada del nuevo Gobierno se ha abierto un diálogo fluido y estamos explorando muchas posibilidades.

-¿Cómo ha cambiado la situación del GGR con la entrada en el número 6 del GSLP-GLP?

-La diferencia en nuestra realidad es brutal porque durante once años de gobierno del señor Caruana jamás pudimos conseguir una reunión o una entrevista. Sólo hubo enfrentamientos porque no había otra opción. Yo intenté abrir un diálogo pero nunca se produjo, así que lo único que quedaba era criticar abiertamente su posición. Creo sinceramente que aquello se podría haber evitado porque todo es negociable. Entre el blanco y el negro hay muchas tonalidades de gris y, en ese espacio, se pueden alcanzar acuerdos beneficiosos para las personas. Sin embargo, eso no fue posible. Ahora, la situación es bien distinta. Desde el pasado diciembre hemos mantenido innumerables contactos con varios ministros y el propio Fabian Picardo. Eso está haciendo florecer proyectos que teníamos pendientes. Así, estamos trabajando con el ministro de Sanidad, John Cortés, para mejorar la atención a las personas seropositivas y, al mismo tiempo, lanzar campañas de concienciación. En mucho tiempo avanzamos poco y ahora es todo lo contrario.

-El GGR sí logró dos importantes avances durante el Gobierno del GSD...

-Así es, aunque fueron avances por obligación de los tribunales. Por un lado, se permitió que las parejas del mismo sexo pudieran compartir una vivienda pública y, por otro, se inició el proceso para equiparar la edad de consentimiento para tener relaciones sexuales. El tema de la vivienda fue un triunfo enorme. Cuando esta pareja que no podía compartir casa como tal se dirigió a nosotros, obtuvimos el apoyo de un destacado abogado de Gibraltar muy concienciado con estos temas. Sabíamos que la batalla sería larga pero la ganamos. Ese fue nuestro primer gran avance. En el caso de la edad de consentimiento, esa lucha la iniciamos el mismo día que se constituyó la asociación. Hablamos con diputados del Parlamento Europeo, comisarios de la UE, activistas a nivel internacional, políticos en Westminster...Hicimos tanta presión que al final llegamos al Consejo de Europa, donde presentamos una queja contra el Gobierno británico, que se sintió avergonzado y presionado. El toque definitivo al señor Caruana se lo dio el entonces primer ministro británico, Gordon Brown, así que no le quedó otra. No obstante, le pidió al juez supremo que se pronunciara. El tribunal nos dio la razón como no podía ser de otra forma. Sabíamos que todo estaba a nuestro favor.

-Ustedes han felicitado públicamente al Ayuntamiento linense por su reciente declaración de La Línea como Ciudad Tolerante...

-Así es. Hemos felicitado a la alcaldesa, Gemma Araujo, y a todos los partidos de la Corporación por su apoyo unánime a esta propuesta. El GGR está dispuesto a colaborar y a ser solidario con La Línea en todo lo que sea necesario. De hecho, en Gibraltar hemos lanzado recientemente una iniciativa que, bajo el nombre de Comercio Positivo, quiere ir en esa misma línea dentro del sector comercial.

-¿En qué consiste exactamente?

-La organización, que tiene el apoyo del Gobierno, está compuesta por emprendedores y personas destacadas del sector comercial y quiere tener unas buenas relaciones con las cámaras de comercio y las asociaciones de empresarios. El objetivo de Comercio Positivo, que será presentada en diciembre, será guiar al sector comercial por el impacto que también sobre él está teniendo la nueva situación económica y social. En este sentido, no podemos olvidar que el colectivo gay se caracteriza por un poder adquisitivo más alto. Son consumidores importantes, los primeros casi siempre en adoptar las nuevas tendencias y tecnologías, y eso hay que tenerlo muy en cuenta.