A pesar de que el San Roque jugará como visitante la primera jornada de Liga del grupo X de Tercera, podría no ser el único extraño en el Miguel Román de Dos Hermanas. Su rival, la Peña Rociera, tampoco está habituado al campo nazareno, ya que la pasada campaña disputó sus partidos como local en el Manuel Adame Bruña.

El conjunto sevillano tenía la intención de seguir disputando sus partidos en el mismo campo en el que forjó su histórico ascenso a Tercera. Sin embargo, el reglamento de la Federación Española obliga a que en categoría nacional los partidos se disputen en terrenos de juego que reúnan las condiciones que exige la FIFA, entre ellas, que el campo sea de césped natural o artificial, pero en ningún caso, de albero, que sólo están permitidos desde Primera Andaluza hacia abajo.

La directiva de la Peña Rociera comenzará esta misma semana sus contactos con el Ayuntamiento nazareno para ajustar sus horarios con el otro equipo de la ciudad, el Dos Hermanas CF, que militará en Primera Andaluza y que también disputa sus partidos en el Miguel Román, el campo de césped natural de la localidad.

Por lo tanto, el equipo nazareno será casi tan visitante en el campo como su rival, el conjunto rojillo. Precisamente uno de los aspectos que no gustó en el entorno del San Roque cuando se conoció el calendario de Liga y su estreno en Dos Hermanas, era el campo. Sin embargo, ahora el Sanro se estrenará en césped natural, la misma superficie de la que dispone en su campo, el Manolo Mesa.

Los temores de los sanroqueños no eran infundados. La última referencia que tenían del Adame Bruña la pasada temporada era la eliminatoria de segundos clasificados de Primera Andaluza que disputó la Peña Rociera con el Arcos, en la que los arcenses sufrieron las consecuencias de un campo de albero. El equipo sevillano se apoyó en este hecho para convertirse en el mejor local de su grupo (el II) de Primera Andaluza, sumando 46 puntos de 51 posibles en su feudo, cediendo sólo un empate un una derrota como local.

Ahora deberán comenzar a adaptarse a una nueva superficie, ya que sus pretensiones de jugar en albero no podrán cumplirse en Tercera división.