Campo de Gibraltar

Los empresarios afirman que la Ley Antitabaco les perjudicará

  • Temen que haya excepciones y que unos negocios tengan ventaja sobre otros · Horeca aconsejará a todos sus asociados que llamen directamente a la policía cuando alguien fume en sus establecimientos

Cuando los campogibraltareños tomen las uvas en Fin de Año y piensen en sus nuevos propósitos para 2011; muchos se autoimpondrán el 2 de enero como fecha de inicio del cumplimiento de uno de ellos. Porque ese día fue el elegido por el Congreso de los Diputados para la entrada en vigor de la nueva Ley Antitabaco que prohibe fumar en todos los locales públicos de ocio cerrados. Una reforma que modifica la aprobada en 2006 y que implica aún más restricciones al consumo de esta droga.

En el debate social surgido en torno a dicha legislación, los empresarios del sector hostelero del Campo de Gibraltar adoptaron una posición muy clara. Evidentemente, contraria a la aplicación de la normativa. La mayoría coinciden en que su puesta en marcha en enero de 2011 resultará perjudicial para sus negocios. Y, además, subrayan que las ventas se verán mermadas en una época que, para ellos, ya está siendo difícil a causa de la crisis económica. "Tememos, por ejemplo, que esta reforma acabe con el tema del desayuno en los bares. Porque, cuando los clientes no puedan fumar en los locales mientras beben un café, directamente optarán por tomárselo en las oficinas", explicó a este periódico el presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería de la provincia de Cádiz (Horeca), Antonio de María Ceballos, quien insistió en que el sector sufrirá las consecuencias en los resultados anuales.

De todas forma, algunos hosteleros creen que los clientes acabarán adaptándose a la Ley Antitabaco. Es el caso de Miguel Ángel García, propietario del establecimiento La Tetería en La Línea de la Concepción: "como se tuvo que acostumbrar en su día el resto de Europa". Otros, como el encargado del bar linense La Parada, Pedro Postigo, afirmó que siempre "habrá quien no se adapte y deje de venir".

Pero el conflicto, nacido a raíz del impulso de dicha normativa por el Ejecutivo, consta de muchos vértices. Los empresarios recalcan que serán numerosos los problemas que surgirán en un futuro a la hora de su aplicación efectiva. Por eso, aunque a Miguel Ángel García no le convence la ley, espera que por lo menos no haya excepciones. "Si lo vamos a cumplir todos, vale, pero si se van a hacer excepciones entonces algunos tendrán ventaja", apuntó este empresario linense, que se pregunta si no se va a poder fumar en ningún sitio. "O por el contrario sí se podrá en terrazas y marquesinas, porque la mayoría no cumplen ya la normativa. Y si a esos lugares se les permite tener música y que la gente fume, pues claro que la norma nos va a perjudicar", destaca Miguel Ángel. Lo cierto es que la Ley Antitabaco prohibe esta práctica en cualquier espacio cerrado que conste de más de dos paredes y un techo.

Además, Antonio de María subrayó que la presencia de humo en los establecimientos pasa a considerarse ahora un factor de riesgo laboral para los trabajadores. "Por lo que Sanidad puede impulsar ahora medidas en este área contra los propietarios de los locales. Unas iniciativas que no sólo conllevan sanciones económicas, sino también penas de prisión", apuntó el presidente de Horeca.

Por su parte, el dueño del pub Underground, en el centro de La Línea, Bernardo Ambit, se posición también en contra de la Ley Antitabaco. "Me parece mal porque es una ruina para los negocios y a nosotros nos va a perjudicar más que a otros porque no tenemos terraza. Yo viví la implantación de la ley cuando estaba en Amsterdam de vacaciones y fue un desastre, los bares se quedaron vacíos de un día para otro porque la gente estaba fumando en la calle". Para este hostelero también afectará al turismo "porque los extranjeros vienen a España a pasárselo bien y en eso entra fumar en los bares hasta las cuatro de la madrugada". Una posición sobre la que también hace hincapié María José Velasco, que regenta el Blue en La Línea: "Las ventas bajarán, sobre todo en verano", matizó.

La falta de información dada desde las diferentes administraciones al sector y el desconocimiento de cómo y quién va a aplicar el sistema de multas conforma otra de las quejas más comunes. Antonio de María explicó que, por ejemplo, los empresarios no saben qué tipo de carteles deben poner en sus locales. Y Bernardo Ambit también destacó que ignora si será el dueño del bar quien abone la sanción: "De hecho, veo difícil controlar a los clientes, sobre todo en el caso de grandes establecimientos", incidió Ambit. Por ello, Horeca tiene muy claro las recomendaciones que transmitirá a sus asociados. "Les diremos que, en el momento en que cualquier personas fume, llamen directamente a la policía. Para que así conste en su registro que el dueño del bar hizo lo posible para evitar que se incumpliera la ley. Y, así, no puedan imponerles a ellos ningún tipo de multa", añadió el presidente de la organización provincial.

En este mismo sentido, María José Velasco y Miguel Ángel García se cuestionaron si deberán llamar la atención a sus clientes o si tiene que avisar a las fuerzas de seguridad. "Y es que no está la cosa como para perder ahora clientes", dijo el propietario de La Tetería.

Paralelamente, el dueño del pub Underground también apuntó que la Ley Antitabaco traerá otros problemas: "Ya que habrá más gente en la calle porque no se puede fumar en los locales. Por lo que habrá más ruido y eso va a molestar a los vecinos".

Un tema complementario afecta a los empresarios que en 2006 se gastaron una importante cantidad de dinero para acondicionar sus establecimientos y poder contar con una zona acotada para fumadores. Una inversión que ahora se pierde. Es el caso del Restaurante Montes, en Algeciras. "Ha existido una absoluta falta de previsión por parte del Ejecutivo. Yo me gasté 6.000 euros en reformas", explica su propietario Juan Sánchez. "Lo que ha hecho el Gobierno es un verdadero atentado contra la seguridad jurídica de los ciudadanos. No se puede elaborar una Ley y cambiarla tan sólo tres años después", concluyó Antonio de María.

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