El alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, ofreció la segunda conferencia organizada por el instituto Torre Almirante sobre el cambio que se produjo en el año 1982. El político y sindicalista confesó ante los estudiantes, profesores y admiradores que se dieron cita ayer en el Millán Picazo, que hoy es más utópico que ayer a pesar de todo lo vivido. "Un puñado de gente puede cambiar las cosas y Andalucía puede ser libre y soberana", subrayó.

Sánchez Gordillo repasó su experiencia en el Sindicato de Obreros del Campo (SOC) para lamentar que la democracia de 1982 fue una decepción. Asimismo arremetió contra el retraso histórico andaluz, contra los grandes sindicatos cuyas cúpulas fueron domesticadas y contra el PSOE por no diferenciarse pese a ser un partido de izquierdas.

Para el dirigente del SOC, la utopía, que considera posible, es una sociedad sin clases, que las tierras cumplan su función social y que las viviendas se realicen en función de las necesidades y a 15 euros al mes. De los años 80, Sánchez Gordillo aclaró que fue una oportunidad perdida porque "la burguesía estaba insegura y era el momento de hacer públicos los bancos". Asimismo, culpó a Felipe González de no aprovechar la ocasión de ajustar las cuentas morales sin ejercer la crueldad ya que tenía una amplia mayoría. "Él y Santiago Carrillo fueron culpables por no querer molestar a la cúpula del 23-F y por eso le dan tantos homenajes a Carrillo", desveló sin obviar que Felipe González fue un caballo de Troya y reconociendo que la izquierda siempre les pilló dormidos.

Sánchez Gordillo tampoco se olvidó de criticar a la OTAN y de cómo el PSOE cambió su posicionamiento. "El Partido Socialista tampoco quiso hacer una reforma agraria que implicara una agricultura responsable y ecológica porque no es normal traer un pimiento de Brasil cuando hay pimientos a dos kilómetros. En Andalucía siempre se ha beneficiado a los terratenientes y nosotros quisimos ejercer la acción directa y ocupar fincas", justificó.

Como ejemplo compartió batallas defendiendo que las 1.200 hectáreas ocupadas del Duque de Infantado y la plusvalía que produjo el trabajo de los jornaleros se reinvirtió y la cooperativa construyó viviendas. "Ahí comenzaron muchos problemas porque el poder no permite lo que no controla y empezamos a ir a la cárcel y a sufrir la represión por ser un partido anticapitalista que daba voz a los que no tenían voz y que ideó las asambleas y los presupuestos participados porque la democracia política sin la económica es mentira", reivindicó recibiendo el aplauso del auditorio.