Un fracaso del Estado

Es evidente que después de los trágicos sucesos de Barbate, Grande-Marlaska no merece seguir como ministro del Interior

Amenudo se ha descrito el Ministerio del Interior como un potro de tortura en el que su titular se quema en poco tiempo y es víctima propiciatoria de cualquier reajuste gubernamental. Fernando Grande-Marlaska es un claro ejemplo de que se cumple la primera parte de la premisa. Es difícil encontrar un ministro que haya cosechado tantos episodios en los que claramente no ha dado la talla. Por citar algunos de los más graves, los gravísimos hechos de la valla de Melilla en 2022 o sus enfrentamientos con mandos de la Guardia Civil. Pero en contra de todo pronóstico, el que un día fuera un prestigioso juez de la Audiencia Nacional, resiste en el puesto más allá de lo imaginable. Contra todo pronóstico porque, a pesar de que la política española es alérgica a la dimisión, lo ocurrido con el asesinato de dos guardias civiles a manos de narcotraficantes en Barbate supera todos los límites de lo aceptable y condena su actuación al frente del Ministerio como una de las más nefastas de la historia reciente. Todo lo que rodea este caso señala una cadena de negligencias que va desde el desmantelamiento, por razones que exigen una explicación clara, del grupo de élite que se encargaba de combatir el narcotráfico en la zona hasta la precariedad insultante de los medios puestos a disposición de la Guardia Civil para realizar su trabajo, pasando por el trato dado a las familias de las víctimas. Es evidente que después de los sucesos de Barbate, Fernando Grande-Marlaska no merece seguir al frente del Ministerio del Interior. La historia del incremento del narcotráfico en el sur de la Península, especialmente en la provincia de Cádiz, es la historia de un fracaso del Estado que tiene un primer responsable directo en la persona que desde hace más de cinco años manda en el Ministerio del Interior.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios