Welcome Mr. Gibraltar

13 de junio 2025 - 03:06

Bienvenidos al Campo de Gibraltar. El 11 de junio de 2025 pasará a la historia como el día que los gobiernos de España, Reino Unido y la UE firmaron un acuerdo político para poner fin a la situación transitoria que afectaba a la colonia británica desde el Brexit, aprobando la entrada de Gibraltar en Schengen y acabar así con la tediosa y famosa verja. Un acuerdo que ratifica los pactos de nochevieja de 2020 y que tiene puntos positivos, pero también innumerables aristas a tener en cuenta.

Este acuerdo es una oportunidad para que los vecinos del Campo de Gibraltar podamos transitar por toda la comarca sin barreras, sin verjas. Una oportunidad para el crecimiento económico y demográfico de La Línea de la Concepción y ciudades colindantes; una oportunidad para apoyar a Gibraltar en su crecimiento y acoger aquello que no sea capaz de asumir. La riqueza de Gibraltar será la riqueza del Campo de Gibraltar. Este acuerdo, sin embargo, es también un reto. Denunciaba Juan Franco que, si viene más gente, la vivienda se encarecerá. Y si los trabajos en España siguen siendo precarios, provocará que los vecinos de la comarca tengan que marcharse o no tengan cómo permitirse una vivienda en una zona ya cara. Si viene más gente, los accesos se pueden quedar pequeños. Igual el tren litoral debería tener una parada en La Línea. Son planteamientos que deberían ponerse sobre la mesa, porque 65.000 habitantes no son lo mismo que los casi 100.000 que sumarían Gibraltar y La Línea. Deberíamos empezar a hablar de Área Metropolitana en el arco de la bahía, de transporte público conjunto como tienen Cádiz y San Fernando y, por supuesto, de un trato fiscal que iguale para que no todas las empresas se muden a Gibraltar y se queden en la nueva zona común y compartida.

Este acuerdo es también una oportunidad para abandonar peleas del siglo pasado y hablar de tú a tú a Gibraltar. Una oportunidad para un vecino orgulloso que sabe que necesita mano de obra y materias primas para crecer, pero que también debe depurar sus aguas, limitar el tráfico de tabaco y debe empezar a hablar el mismo idioma que hablamos en la comarca, el idioma de la Unión Europea en términos medioambientales e impositivos. Y eso no significa que España deba renunciar a la soberanía de Gibraltar. Sin embargo, reclamar la soberanía no es incompatible con reconocer a Gibraltar como actor válido y, por tanto, no hablar con ellos de nada. Hay grises y hay puntos intermedios a los que se puede llegar con el apoyo de la Unión Europea, por ejemplo, el uso conjunto del aeropuerto.

Estamos ante un momento histórico. Una oportunidad para una de las zonas más abandonadas por el Gobierno de España. Aprovechémosla, demos un paso adelante por la concordia, demos una oportunidad a la convivencia, hagámoslo sin olvidar que nuestro vecino tiene una larga tradición corsa y que somos las dos partes las que debemos cumplir con los acuerdos que se firmen.

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