Has llegado a pensar, bruja aérea, que no sería mala cosa sustituir la escoba por un dron con buenas prestaciones, sobre todo si no necesitas volar rauda, de un lugar a otro de tus conjuras brujescas, sino estar al tanto de lo que ocurre a ras de suelo, con una oficina de operaciones en la misma taquilla del Tren de la Bruja.

No me haces gracia, plumilla aminorado, con esas ocurrencias que tú has de pensar, eso mismo, que resultan graciosas, cuando en verdad son de un malaje patoso.

Bueno, es verdad que tú no eres de conjuras, de confabulaciones, sino de conjuros y embrujos, pero en los aquelarres digo yo que secundarás los endemoniados propósitos de Lucifer. Y, aunque no acostumbres a tener los pies en el suelo ?en sentido literal, antes que figurado?, los mortales que alteras con tus hechicerías sí son alicortos, pues solo pueden volar, y poco, con la imaginación.

Tú sí que eres un alicorto escribiente. A dónde quieres llegar, que aparentas elocuencia y no das más que para retahílas confundidoras.

Pues lo que pensaba preguntarte, aunque compruebo que no consigo hacerte un guiño cómplice, y no diré ya que cariñoso, con alguna digresión entretenida, es si has tenido que sortear alguno de los drones del plan de seguridad de la Feria, cuando sobrevuelas con la escoba el real desde la tapadera de la atracción del Tren, en la que dejas a un demediado aprendiz de brujo para que anime a la concurrencia sin necesidad de más recursos que los inocentes sustos de las bromas.

?Admito la representación de la escoba, juntaletras, porque forma parte del imaginario popular, aunque sea una ficticia manera de conseguir lo que no se debe sino a la genuina brujería: aparezco y desparezco por potencias mágicas y no necesito escoba alguna que me lleve de una parte a otra.

?Y yo que no me asusto con ello, cuando deberían darme miedo tus facultades hechiceras y los efectos que pueden procurar si te esmeras aplicándomelas.

?Te has tomado una confianza ingenua, cenutrio, o acaso sea que me distraen tus disparates.

?Pues entonces vuelvo a la carga, por si de la distracción viene el roce del cariño que no otros roces, de momento, y te pido opinión sobre las decenas de cámaras de vigilancia instaladas en el real de la Feria y provistas de inteligencia artificial. ¿Te ha aleccionado ya Satanás sobre el uso de esta y las posibilidades de aplicarla a las negras artes brujescas? Y no me digas, eh, que Lucifer es producto de la imaginación y que tú no te sometes a su demoniaco poderío.

Pero si el papa Juan Pablo II, primero, y el papa Francisco, después, han dicho que el infierno es una situación, un estado del ánimo o del corazón, no un lugar. Por lo que, inexistentes los lugares infernales, tampoco ha de existir el mayúsculo regente del endemoniado territorio del infierno.

?Que des crédito a los papas me confunde, pero será que ando perdido en materia de posmodernidades escatológicas.

?Anda, mira que forma te ha salido de decirlo, plumilla pretencioso.

Pero me dejas a la espera de las perversas utilidades de la inteligencia artificial en la Feria.

Tiempo tendremos, pero no aspires a más roces que los de algún improvisado baile por sevillanas.

Tú cuentas de los papas y yo acudo a Sartre porque dijo, ay, que el infierno son los otros.

Pues qué poco lo parece, so pazguato, en la animación de las casetas.

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