Cultura

Fallece Antonio Rubio, el algecireño de la voluntad de hierro, a los 78 años

  • Funda la Sociedad del Cante Grande de Algeciras y crea la academia de idiomas Rubio · La iglesia de la Palma celebra una misa en recuerdo de quien fue distinguido en 2006 con la medalla de la Palma

El algecireño Antonio Rubio Díaz se despidió ayer de su ciudad, de su familia y de sus amigos. Un hombre con una voluntad de hierro que dedicó su vida a la enseñanza, ya fuera del flamenco o de los idiomas. Su voz se apagó pero no su recuerdo. Sus dolencias ya eran conocidas pero el triste adiós se recibió con dolor entre los allegados. Una misa en su memoria rindió ayer homenaje a la memoria de Rubio, distinguido con la medalla de la Palma en 2006.

Hace 42 años tuvo la suficiente fortaleza y valentía para fundar la Sociedad del Cante Grande de Algeciras, peña que mimó y por la que trabajó toda su vida siendo presidente honorífico. En los últimos quince años fue desde tesorero hasta secretario, nunca dejando a un lado su peña.

El actual presidente, José Luis Vargas, señaló que "estamos ante un momento muy triste, se pierde un gran hombre del flamenco y un gran amigo, hace 42 años fundó la Sociedad del Cante Grande, que posiblemente sea la entidad más antigua cultural de la ciudad, ha luchado durante todo este tiempo por mantener la verdad y la pureza del flamenco. Un hombre con conocimientos muy extensos, ha luchado muchísimo y ahí está el resultado, ha enseñado cante a mucha gente".

La otra gran faceta en la que destacó Antonio Rubio fue en la enseñanza. Más de medio siglo ha estado dedicado a la enseñanza del inglés con la creación de la academia de inglés Rubio. Unas cuatro generaciones han pasado por sus aulas, siendo el primer profesor de esta lengua en la ciudad algecireña.

En el año 2006 se le concedió la medalla de la Palma, siendo subrayado como un ejemplo de superación y un referente en el mundo del flamenco. La distinción fue vivida con emoción, y poco después se inauguró en 2007 la plazoleta que lleva su nombre en La Bajadilla. Se convirtió con su insistencia en el aprendizaje del arte en un flamencólogo excepcional que ofreció numerosas conferencias.

La iglesia de la Palma ayer se volcó con este algecireño que fue un ejemplo de superación. En su niñez un incidente le dejó inmovilizado durante once años, pero su fuerza de voluntad le permitió valerse por sí mismo, no pudo ir a la escuela y siendo analfabeto con 16 años se dispuso a aprender y recuperar el tiempo perdido, lo que le llevó a dominar contabilidad, mecanografía, inglés, traductor bilingüe y todo lo ya sabido. Su hijo fue el fallecido joven cantante algecireño AN-Tonio, un trágico hecho que supuso un duro golpe en su vida, y en la de su familia, el pasado otoño de 1997.

El alcalde, Diego Sánchez Rull, se sumó a los mensajes de condolencia mostrando su pesar y el de la corporación, en nombre de la ciudad, por su fallecimiento. Resaltó la figura de "un hombre que entregó su vida a la enseñanza y al flamenco, llevando siempre a gala el nombre de Algeciras". Destacó su prestigio dentro del flamenco, en el que consiguió importantes logros como ser uno de los fundadores y presidente honorífico de la Sociedad del Cante Grande, que en su momento fue la tercera peña flamenca registrada en el mundo: "hablar de Antonio Rubio es hablar de toda una institución dentro del flamenco".

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