La actividad de Sandfire MATSA, con tres minas subterráneas en Almonaster la Real y Calañas, consiste en la investigación y explotación de yacimientos minerales y su tratamiento en una planta de procesamiento de clase mundial. Como parte de Grupo Sandfire, Sandfire MATSA desarrolla su actividad de forma responsable y segura, para extraer y producir concentrados de cobre, zinc y plomo.

El cobre es esencial en el impulso de la economía mundial, vital para la construcción y la industria, así como por su contribución a la descarbonización del mundo.

–¿Qué importancia tiene la sostenibilidad para Sandfire MATSA y los proyectos en los que participa?

–La sostenibilidad es uno de los ejes transversales de Sandfire MATSA, en sus tres vertientes: económica, ambiental y social.

Sandfire MATSA está comprometida con una operación minera moderna y sostenible, que desarrolla prácticas comerciales seguras y ambientalmente respetuosas. Tiene un impacto global en el PIB de Huelva cercano al 5%.

Favorecemos el desarrollo económico y el bienestar social de nuestras comunidades locales, mediante la creación de empleo, la adquisición de bienes y servicios locales, las inversiones en la comunidad y el pago de impuestos y tasas.

Además, operamos bajo un robusto sistema de gestión ambiental, donde hemos aplicado rigurosos criterios técnico-ambientales para desarrollar la actividad minera de forma respetuosa con el entorno natural.

–En unas operaciones mineras como las de Sandfire MATSA, ¿cómo es la gestión de un recurso tan importante como el agua?

–Actividades productivas como la minería han estado tradicionalmente asociadas al consumo de agua, pero este es significativamente inferior al de otros sectores. El principal uso del agua es el regadío y el agrícola, que supone en torno al 80% de esta demanda, seguido del abastecimiento urbano, alrededor del 16%. Solo el 4% se destina a uso industrial. Y la minería es solo una pequeña proporción del uso industrial.

En el caso de Sandfire MATSA, uno de nuestros principales retos es una gestión óptima en el uso de recursos hídricos. No se trata solo de cumplir con lo que dicta la ley, sino de alcanzar la eficiencia en recirculación para lograr una menor dependencia de fuentes externas y un mejor aprovechamiento del agua dentro de la operación.

La compañía ha realizado grandes inversiones en infraestructuras de agua para garantizar el suministro y proteger los recursos naturales, permitiendo almacenar y tratar el agua generada en los procesos para devolverla de nuevo a las operaciones. En 2022, conseguimos recircular el 95% del agua en la mina Aguas Teñidas y reducir un 70% la ratio de consumo de agua fresca, disminuyendo nuestra Huella Hídrica.

–¿Cuáles son los aspectos clave del proyecto Life Remine Water en el que estáis inmersos?

–Se trata de un estudio de investigación para desarrollar nuevas soluciones de tratamiento para la regeneración y recirculación de aguas residuales en la minería.

Su objetivo es contribuir a la economía circular mediante la búsqueda de alternativas y la optimización del tratamiento del agua procedente de la industria minera y metalúrgica. Comenzó en julio de 2022, después de 3 años de preparación, diseño y construcción de una planta piloto ubicada en Aguas Teñidas, denominada Mining Water Living, la primera plataforma de experimentación tecnológica en tratamiento de agua del sector minero europeo, apoyada en energías renovables para reducir su huella de carbono.

Vista aérea de Matsa

–Además de la gestión del agua, ¿puedes contarnos en qué consiste la gestión de los residuos del tratamiento del mineral?

–Para llegar a entender la importancia de este proceso hemos de remontarnos al primer paso del proceso: la extracción. El mineral es extraído en nuestras minas subterráneas y es transportado hasta la planta de tratamiento para su procesamiento y obtención de concentrados. En el procesamiento de mineral se genera un residuo, denominado Tailings, al que se le debe dar la mejor gestión posible, es decir, reutilizar el mayor porcentaje posible de este residuo.

El 50% se reutiliza en el relleno de las cámaras de la mina de donde salió el mineral. El otro 50% se envía a nuestro depósito de pasta actual, con un porcentaje de sólidos de entre el 60% y el 70%. A su vez, dispone de un sistema de bombeo para retirar el agua que pueda acumularse por la lluvia.

–Un modelo de gestión reconocido por la Unión Europea como una de las mejores alternativas de deposición de estériles...

–A nuestro actual depósito de pasta le quedan en torno a 3 años de vida útil. Tras 15 años en servicio y sin incidentes, está previsto que en 2026 se clausure y rehabilite para su integración en el paisaje del entorno.

–¿Cuál es vuestro plan para seguir con vuestra actividad pasada esa fecha?

–Hemos diseñado un plan para prolongar las operaciones más allá de 2026, mediante la construcción de un nuevo depósito para el almacenamiento de residuos mineros.

La nueva instalación se construirá en el término municipal de Cortegana, junto a la pedanía de Valdelamusa. Esta se encuentra actualmente en fase de tramitación y se ha diseñado en la ubicación más favorable atendiendo a razones ambientales, técnicas, de seguridad y urbanísticas. Su diseño cumple las normas internacionales más exigentes y se basará en el uso de las mejores técnicas disponibles.

–¿Puedes hacer un balance de esta nueva etapa para Sandfire MATSA dentro del Grupo Sandfire?

–El balance de esta nueva etapa para Sandfire MATSA es muy positivo. Por un lado, estamos reforzando nuestra actividad de exploración. Y, por otro lado, avanzamos en la mejora continua de nuestras operaciones, invirtiendo en la optimización de infraestructuras y desarrollo en las minas para asegurar un modelo de producción hacia procesos menos intensivos en el consumo de recursos naturales.