La Inteligencia Artificial (IA) imita las propiedades del cerebro y la IA generativa (IAG) va un paso más allá con la capacidad incluso de generar textos y mantener conversaciones con un humano. "Es una revolución que cabalga sobre internet y acelera de forma pasmosa la forma que nos relacionamos con los datos. Es una tecnología disruptiva que impactará a todos los niveles", ha apuntado el director de Oncología Médica de los hospitales Regional y Clínico de Málaga, Emilio Alba.

Y en esta especialidad traerá aparejado un avance en diagnósticos, tratamientos e investigación. Por ejemplo, en Reino Unido ya hay un proyecto con más de 140.000 pacientes en los que algoritmos detectan un cáncer en etapas extremadamente iniciales y hasta el órgano en el que se está originando; tan precoces que son inapreciables en TAC, scanners o mamografías. 

Los oncólogos y expertos en lenguajes informáticos que participan en el III Simposio de Inteligencia Artificial en Oncología Médica -que se celebra este jueves en Málaga centrado precisamente en la IAG- no saben cuándo se incorporarán estos avances a la rutina diaria de los profesionales. "Pero la cosa va rápida", ha puntualizado Alba. La irrupción de la IA incluso les plantea retos éticos. "El desafío es cómo humanizamo todo esto para que se utilice para ayudar y no para fastidiar; porque, por la experiencia con la condición humana, de todo habrá", ha advertido Alba que ha recordado que la energía nuclear puede usarse para generar electricidad o fabricar una bomba atómica. 

La jefa de sección de Oncología Médica de ambos hospitales, Nuria Ribelles, ha vaticinado que la IAG "cambiará de forma radical la manera de trabajar en las consultas" porque será como tener un asistente. Habrá simuladores que explicarán a los pacientes el proceso de la quimioterapia; en el caso de los tumores raros, la IA permitirá aumentar la eficacia de los pocos datos que se tengan; habrá mayor cantidad de información a la que acceder y podrá sacarse lo verdaderamente importante de esa información. Además, el oncólogo "ahorrará tiempo" para centrarse más en el paciente. Ribelles ha reconocido que esta tecnología tiene sus riesgos porque los modelos de IA se entrenan con bases de datos y las conclusiones pueden ser equivocadas si, por ejemplo, hay poca información de mujeres o de poblaciones minoritarias. "Si no sabemos de dónde vienen esos datos, puede haber falta de equidad", ha comentado. Aunque ha aclarado que habrá que "tener cuidado" con que los datos sean correctos, actualizados y representativos de las diferentes poblaciones, ha destacado las ventajas que supondrá en asistencia e investigación oncológicas. 

José Manuel Jerez, catedrático de la Escuela de Ingeniería Informática de la Universidad de Málaga (UMA), ha apuntado que la IA será el "faro para guiar la innovación" en este ámbito. "Es el futuro, pero es el presente", ha dicho. El docente ha aclarado que "la tecnología ya existe, pero el problema es incorporarla" al sistema sanitario para la toma de decisiones clínicas y de gestión. No obstante, ha admitido que "la traslación inmediata es complicado".  

Alba ha hecho hincapié en que a diferencia de los humanos, "que necesitamos tiempo y nos cansamos", la IA permite procesar "grandes masas de datos a una velocidad altísima"; un aspecto clave tanto en asistencia como en investigación. No sólo por la rapidez de la IA, sino también por su capacidad para detectar circunstancias que pueden pasar inadvertidas para un humano. Pero Ribelles ha aclarado que "lo verdaderamente útil" de toda esta evolución tecnológica es "el trabajo conjunto" de los profesionales con la Inteligencia Artificial.

El Simposio tiene lugar este jueves en el Rectorado. Más de 150 oncólogos, ingenieros informáticos y otros especialistas abordan los desafíos de la IAG en el ámbito de la asistencia e investigación oncológicas. Jerez ha señalado que "la Administración es bastante lenta para adaptarse a las nuevas tecnologías". Pero tras explicar que la Inteligencia Artificial Generativa hasta descargará la rutina diaria de las consultas de modo que se podrá "recuperar la práctica milenaria de la conversación médico-paciente", ha hecho una afirmación sobre la IAG que deben tener el cuenta las administraciones: "El futuro va en esa línea".