La segunda operadora energética de Alemania, RWE, ha anunciado la supresión de unos 2.400 puestos de trabajo, que se suman a los 8.000 programados en el marco de un amplio plan de ahorro. Tras un 2011 crítico, en que RWE se vio seriamente afectada por el anuncio del gobierno alemán de abandonar la energía nuclear, la empresa mejoró en el primer semestre sus resultados operativos.

La caída de los márgenes de ganancia de la electricidad y los problemas en el área de gas lastraron los resultados. "Las condiciones son todo menos sencillas", valoró el presidente ejecutivo de RWE, Peter Terium. En los primeros seis meses del año, la facturación cayó un 1,3 por ciento a 27.090 millones de euros. Los resultados operativos se incrementaron un 9,0% a a 3.642 millones de euros. Los beneficios netos cedieron ligeramente, a 1.665 millones de euros. La energética confirmó su pronóstico de mantener este año el mismo nivel de 2011.

RWE prevé la creación de una nueva área de negocios que aglutine todas las actividades de producción de carbón y gas en Alemania, Reino Unido y Holanda. La nueva área tendrá su sede en Alemania y comenzará a operar a principios de 2013.