Las ballenas perdidas vuelven a ser avistadas frente a Palmones

El interminable periplo de las ballenas jorobadas por la Bahía no termina. Ayer fueron avistadas por numerosos vecinos en la costa de la playa de Palmones, que permaneció con la bandera amarilla y la roja izadas durante la tarde para evitar posibles accidentes. Agaden apunta a la posibilidad de que sean los dos ejemplares, presumiblemente madre y cría, que fueron avistados por primera vez el pasado viernes en la costa de Los Barrios y que causaron en esa ocasión también que se cerrara la playa a los bañistas durante un día.

Ambos animales se separaron el sábado y la cría, de unos ocho metros de longitud, acabó por error en aguas portuarias, en la terminal de contenedores y de ferrys. Las alarmas se activaron rápidamente ante el peligro de que el ballenato fuese dañado por alguno de los barcos.

La asociación Circe (Conservación, Información y Estudio sobre los cetáceos), explicó que este fenómeno, poco habitual, puede deberse a que la cría esté enferma y la madre busque un lugar tranquilo para descansar, aunque también se baraja la posibilidad de que simplemente se hayan desorientado por la gran actividad humana del Estrecho.

Durante toda la tarde del sábado, hasta las 21:00 horas, científicos de Circe, a bordo de la embarcación Elsa, miembros de Salvamento Marítimo y prácticos de Algeciras y Policía Portuaria trataron de ayudarla a orientarse para salir a la Bahía y luego al Estrecho, pero no tuvieron éxito. Sin embargo, el joven ejemplar logró salir por sí mismo esa misma noche gracias al menor movimiento y actividad del puerto, que es lo que hace que el animal se desoriente. Parece ser que madre y cría se han reunido y sólo queda esperar que encuentren pronto su rumbo.

La ballena jorobada o yubarta, de nombre científico Megaptera novaeangliae, es una especie que puede llegar a medir hasta 19 metros y pesar 40 toneladas. Una de sus notas características es el color negro o gris oscuro de su lomo que contrasta con el gris claro o blanco de su parte inferior. El hábitat natural de estas criaturas son los extremos sur y norte del planeta, aunque en la época de apareamiento marchan a los trópicos. Al igual que el rorcual común es una especie migratoria, pero este es más habitual avistarlo por el Mediterráneo, a diferencia de la ballena jorobada que rara vez se observa en estas aguas.

Por otra parte esta especie está considerada como vulnerable en el catálogo español de especies amenazadas, al igual que en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (Uicn).