Ya lo advirtió Susana Pérez Custodio en la entrevista concedida a Europa Sur, a la semana de ser elegida presidenta de la Mancomunidad: la tasa por la recogida y tratamiento de residuos sólidos urbanos en los ocho municipios del Campo de Gibraltar se iba a ver incrementada de forma notable a partir de 2024. Dos son los motivos de dicha alza: la aprobación de un nuevo impuesto a escala nacional (y europea), que repercute directamente en los ciudadanos, y la implementación del quinto contenedor, el marrón, destinado solo a los residuos orgánicos de los hogares. El tarifazo será del 46%, de un solo golpe. Llega tarde, porque debió ser aprobado y aplicado meses atrás, pero los alcaldes le vieron las orejas al lobo antes de las elecciones municipales de mayo y aplazaron la subida para no verse castigados por el electorado.

Arcgisa puede cerrar el año con unos 5 millones de euros de pérdidas

En un hogar de tipo medio que paga unos 55 euros al año, la tasa de basuras subirá a 80 euros, una diferencia con la que se pretende cubrir el sobrecoste del servicio, calculado en más de 3 millones de euros anuales. Claro que, a perro flaco, todo se vuelven pulgas si tenemos en cuenta que la empresa instrumental de la Mancomunidad, Arcgisa, cerrará ya 2023 con unas pérdidas que frisarán los 5 millones de euros. ¿Era el momento de subir los sueldos políticos? La nueva presidenta ganará 59.500 euros al año, un 8,9% que su antecesor. No es que no se lo merezca, casi como cualquier hijo de vecino, pero dicha subida retributiva, acompañada del tarifazo, ha dado alas al PSOE para articular el discurso del despilfarro en la Mancomunidad.

Los Barrios: el PSOE como alternativa

El segundo quebradero de cabeza de la presidenta tiene su origen en el gobierno comarcal, formado por una coalición de cuatro partidos, cada cual de su padre y madre porque los tres 100x100 tan solo comparten el apellido. El PP cuenta con ocho escaños en el Pleno, seis La Línea 100x100, dos Los Barrios 100x100 y uno San Roque 100x100. El descontento viene por la parte barreña, cuyo Ayuntamiento afronta un desaguisado en sus cuentas de proporciones mayúsculas, por más empeño que han puesto para corregirlo tanto su alcalde, Miguel Alconchel, como su antecesor, Jorge Romero.

Alconchel ha obtenido garantías de Susana Pérez Custodio e Ignacio Romaní de que sus demandas serán atendidas

Los Barrios está a la espera de acordar con el Ministerio de Hacienda la activación de su plan económico-financiero, aunque para eso necesita demostrar su capacidad para generar ingresos. El reparto del remanente de tesorería para nuevas inversiones por parte de la Diputación -en manos del PP y de La Línea 100x100- le ha dejado fuera de juego y su pertenencia al gobierno de la Mancomunidad aún no ha dado frutos. Más allá de tener una vicepresidencia y algún que otro liberado, Los Barrios 100x100 demanda realidades, en concreto, dinero para lograr liquidez.

Alconchel ya ha puesto sobre la mesa del PP el problema y ha obtenido garantías, tanto por parte de Susana Pérez Custodio como de Ignacio Romaní -hombre fuerte de los populares gaditanos- de que sus demandas serán atendidas, ya sea por medio de la Mancomunidad, la Diputación de Cádiz o la Junta de Andalucía.

Por el momento, el regidor barreño parece confiar en la palabra de sus socios. Sin embargo y de no obtener resultados, siempre tendrá la ocasión de cambiar al PP (y a Juan Franco) por el PSOE de Ruiz Boix: los socialistas tienen doce representantes en la Mancomunidad que, sumados a los cuatro de Izquierda Unida y a los dos de Los Barrios, darían ocasión a una nueva mayoría en la Mancomunidad. Los socialistas ofrecerían al alcalde barreño -de hecho, ya lo han hecho- el apoyo del Gobierno de España, caso de que Pedro Sánchez repita como presidente. En su calidad de alcalde de San Roque, Ruiz Boix comparte ya con Alconchel muchos proyectos comunes y claves para el desarrollo industrial del Campo de Gibraltar, lo que llevará a uno y otro a reforzar sus vínculos.

Pérez Custodio necesitará pedagogía para saber transmitir con más eficacia las decisiones que adopte la Mancomunidad y el respaldo de su partido para que el gobierno comarcal no se rompa. También alas propias para volar sola y definir un perfil político libre de tutelas.