Olvidados

¿Se abrirá el turno para la recuperación de aquel milagro narrativo andaluz de hace 50 años?

En la década de los 60 del pasado siglo, una serie de novelistas andaluces irrumpieron con fuerza en el mercado de la narrativa española. Este desembarco sureño no fue premeditado, sino mera coincidencia, pero una oleada de títulos, respaldados por una decena de buenos autores, crearon la expectativa de que se ponía en marcha un rico movimiento literario. En Andalucía, hasta entonces, la novela no contaba con la continuidad y logros de la poesía. Incluso se había difundido una teoría que justificaba esta ausencia de tradición novelística: en una región, mayoritariamente rural, al no haber contado con una burguesía urbana, bien asentada, la novela no pudo arraigar. Por eso, esta oleada, con acento meridional, fue recibida, al comienzo con escepticismo, después con desbordante ilusión. Y durante un cierto tiempo funcionó este desembarco andaluz en las receptivas editoriales de Barcelona. En parte, por la calidad del material literario, y también porque se confiaba que repitiera el éxito de boom latinoamericano. Como en Andalucía la industria cultural era inexistente, los nuevos novelistas se apoyaron en plataformas y prensas democráticas que por esos años acogieron con entusiasmo las aportaciones literarias más combativas. Y sucedió el milagro, aunque más efímero de lo que merecía, ya que el recorrido de aquella generación de "narraluces" -una denominación publicitaria poco afortunada- no prevaleció a pesar de la voluntad puesta por algunos de sus críticos-defensores más infatigables, como José Luis Ortiz de Lanzagorta. Quizás los rasgos literarios que aglutinaban a Caballero Bonald, Luis Berenguer, Alfonso Grosso, Fernando Quiñones, y a media docena de nombres más, no eran suficientes: las diferencias expresivas y personales se hicieron pronto evidentes. Pero si bien este movimiento colectivo no tuvo mucha andadura, no obstante debe recordarse que de él partieron trayectorias individuales con grandes logros novelísticos. Muchas gozan de un merecido reconocimiento. En cambio otras permanecen en injustificado olvido. Por fortuna, el profesor de la Universidad de Cádiz, José Jurado Morales, tan entregado siempre al análisis y recuperación de la literatura contemporánea, ha recogido una serie de ensayos (Alfar, Sevilla, 2016), destinados a difundir de nuevo la valiosa obra de uno de aquellos narradores andaluces: Julio Manuel de la Rosa ¿Se abrirá así el turno para la recuperación de aquel milagro narrativo andaluz de hace 50 años?

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